¿Cuáles son los pensamientos que tú mantienes?Pues esos serán los que te sostienen. Si los anclaste en la armonía, Ella será la que regirá tu vida. Si los detienes en el ayer,se deslizará el presente sin siquiera tú querer. Cuídate de no llevarlos al futuro,pues no llegarás a ver ese fruto maduro. Detenlos antes de que surja cualquier mal entender,pues darás hilo al maligno para tejer. Mantenlos en la línea recta,esa es la actitud correcta. Tampoco con banalidades opaques su claridad,pues es muy sutil cómo entra la maldad.La alegría es un arma poderosa,cultívala cual aterciopelada rosa. Disipa ella mágicamente la energía densa. Mantente de tus pensamientos siempre atentopara que seas tú quien los dirija y no el viento. Pues donde tu pensamiento está, Allí tu corazón irá,y el lugar que elegiste, en el que él estará,será el mundo que habitarás. Al releer este poema, viene a mi mente uno de los milagros de San Antonio, aquel en el cual muestra a los presentes en el funeral de un usurero, el corazón del desdichado que estaba, no en el pecho sino en la caja fuerte, entre su adorado dinero. ¡Hola queridos amigos! Hoy comencé con este poema pues tiene continuidad con lo que hablábamos el domingo pasado de la importancia de mantener la armonía y cómo hacer para contactarnos con nuestros ángeles y sólo para recordarles os diré al igual que Jesús: “Sois vuestras obras”, pues ellas constituyen el resultado de sus sentimientos-pensamientos. De allí que éstos sean su esencia; esa es la sustancia de la que está constituida el alma que los sustenta. Es ese soporte invisible, a los ojos físicos, que sustenta lo visible, lo palpable, y es por lo tanto la misma esencia de los ángeles que como dije anteriormente, están dentro nuestro y el maligno, como ángel caído que es, también lo está. Jesús lo grafica magníficamente en estos dos pasajes del Evangelio. En Mateo 26, del 13 al 18, dice: “Viniendo Jesús de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo: ‘¿Quiénes dicen los hombres que es el hijo del hombre?’“Ellos dijeron: ‘Unos, Juan el Bautista, otros Elías; y otros Jeremías o algunos de los profetas’.“Él les dijo: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’.“Respondiendo Simón Pedro, dijo: ‘Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente’.“Entonces les respondió Jesús: ‘Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos’”.Siguen caminando y en el mismo versículo de Mateo 16 del 21 al 24 dice: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas y ser muerto y resucitar el tercer día.“Entonces Pedro, tomándole aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo:’Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca’.“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de delante de mi, Satanás!’ Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres’”.¿Cómo se entienden estas afirmaciones tan dispares de Jesús acerca de la misma persona, o sea Pedro? O mejor, ¿quién lo había inspirado en una situación y quién en otra?En el primer versículo, el discípulo contesta inspirado por su lado noble, su ángel bueno, quien vocaliza lo que en su mente el Espíritu del Padre le dice; mientras que en el segundo pasaje, el maestro no reprende a Pedro, sino que exorciza al espíritu maligno que inspiró al apóstol en el momento siguiente, quien con aparente dulzura y condescendencia trataba de disuadirlo de culminar con la misión por la cual había venido a esta Tierra, y Él (Jesús) estaba profetizando. De igual manera deberíamos proceder nosotros, que al estar atentos a la calidad de los pensamientos que sustentamos, con el discernimiento acrecentado, podremos darnos cuenta cuál es su naturaleza, y si del mal es su origen, automáticamente, antes de que se convierta en un hábito el pensar así, exorcicemos con autoridad y firmeza al demonio que los inspiró y podremos decir (mentalmente o en alta voz, dependiendo de la situación): "En el nombre de Jesús de Nazaret, retírate de mí, demonio del rencor", por ejemplo, si éste fuera el promotor de esos pensamientos reiterativos que no se irían con sólo aplicar la fuerza de nuestra voluntad. Observarán maravillados cómo la mente, que hasta ese momento martillaba incesantemente, de repente calla por acción de la gracia.Sabios se volverán en controlar sus propios demonios. Practiquen el poder, pues éste se magnifica en la medida en que lo utilizan, ya que su lado noble se agranda en detrimento de su lado malo, y, ¡ojo!, que esto también sucede a la inversa. Así es como podemos llegar a estar habitados por una legión de ellos y no menosprecien su labor, pues una vez que ha entrado en nosotros, irá ganando terreno y lo que él quiere, de serle posible, es llevarnos hasta la muerte. Por todo lo que hoy les conté, les sugiero mis queridos lectores, cerrarle todas las puertas al mal, tema que dejaremos para la próxima semana. ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora
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