Muchos padres suelen hacerse esta pregunta. El comportamiento de sus hijos los desconcierta y no tienen idea de por qué reaccionan como lo hacen. Lo cierto es que los niños de todas las edades, (por lo general y en determinadas situaciones) exhiben comportamientos frustrantes, berrinches, contestaciones fuertes, malas palabras o una tendencia a ser mandones con sus compañeros.Dichos comportamientos pueden tornarse anormales, si se prolongan en el tiempo, si ocurren en un momento o en un lugar inapropiado, o si sobrepasan los límites aceptables. Allí es donde los adultos deberíamos prestar atención a lo que está sucediendo.¿Por qué los niños se portan mal? Por varios motivos:Para ser el centro de atención. Para satisfacer su curiosidad. Para obtener algo que quieren. Para imitar lo que hacen sus amigos. Nuestros hijos tienen necesidades especiales. La más importante es saber que son amados. Los padres debemos asegurarnos de satisfacerla, pues la percepción de que no son amados podría tener consecuencias en ellos para toda la vida. Nunca es demasiado el amor que podamos darles, lo cual incluye decirles que los amamos todos los días, abrazarlos, besarlos, acariciarlos y alentar sus conductas positivas. Todo ello los convierte en personas confiadas y seguras de sí mismas. Por el contrario, decirles: “Si te portás bien, mamá o papá te quiere; si te portás mal, mamá o papá no te quiere” es sumamente dañino para su autoestima y autoconfianza en sí mismos y el mundo que los rodea.Algunas ideas prácticas para reforzar el amor hacia nuestros hijos:-Escucharlos con atención plena y conocer sus necesidades, gustos e intereses. -Enseñarles buenos modales, como saludar y decir “gracias” y “por favor”. -Ayudarlos a desarrollar sus propias habilidades y a ser independientes (vestirse, bañarse y comer solos).-Animarlos a asimilar hábitos de vida positivos, que fortalezcan su valía personal.-Darles siempre las gracias, cuando cooperan con los adultos. -Darles instrucciones en forma positiva. Por ejemplo, “por favor, hablá bajo”, en lugar de “¡no grites!” (gritando). -Brindarles buenos ejemplos. ¡Los niños aprenden de lo que ven a sus padres hacer!¿Qué ocurre con las gratificaciones?Estas deben ser dadas justamente después de un buen comportamiento. También por mejoramiento y por esfuerzo. Está comprobado que las gratificaciones pueden ayudar a una criatura a desarrollar una buena conducta. Papá, mamá, podés pedirle a tu hijo pequeño que te ayude a decidir qué hacer y cuál va a ser la gratificación. En los tiempos complicados que vivimos a nivel mundial, donde somos bombardeados con tanta información e ideas encontradas entre sí sobre la crianza de los hijos, los padres necesitamos contar con cimientos fuertes y con todos los recursos que tenemos a nuestra disposición. No escatimemos esfuerzos a la hora de educarlos y la recompensa será grande.ColaboraBernardo StamateasLicenciado en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.
Discussion about this post