Por pedido del fiscal contravencional Martín Lapadú, se congelaron las cuentas de esta sociedad del Estado, unos 460 millones de pesos. Una verdadera fortuna recaudada del juego, que formaba parte del dinero de todos los misioneros.Porque Torres no cometió un error (grosero) en el manejo de sus fondos personales o de su empresa privada, al poner en marcha -sin la legalidad requerida- los sitios de apuestas. Lo hizo en nombre del Estado misionero, al que representa al ser designado por el Gobierno en un cargo político como es el de presidente del Iplycse.Tal vez, el dirigente clossista habrá pensado que la Justicia provincial nunca iba a interferir en las decisiones que tomaba. Lo que no contó, es que desde la ciudad de Buenos Aires iba a llegar la investigación que terminó por desnudar una maniobra que ayer no tuvo una explicación oficial. Ni un comunicado ni las habituales conferencias de prensa llegaron tras las medidas judiciales. Es de esperar que sí haya reportado a sus jefes las razones que lo llevaron a actuar con mucha irresponsabilidad. Porque si esos 460 millones de pesos terminan decomisados por la Justicia, lamentablemente ni Torres ni el directorio que avaló lo actuado, van a poner de su bolsillo semejante suma para reparar el daño provocado por la escandalosa falta de apego a las normas que se puso en evidencia.El orgullo, la confusión entre lo público y lo privado, y la falta de transparencia en los manejos del erario público no terminan de la mejor manera. Sin embargo, son errores millonarios que pagan todos los misioneros.
Discussion about this post