En el Tedeum celebrado en la Catedral metropolitana en ocasión del aniversario de la Revolución de Mayo, y ante la presencia del presidente Macri y sus funcionarios, el cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, ubicó a la necesidad de erradicar la pobreza en el centro de su mensaje y remarcó que “buena parte del pueblo no tiene una vida digna”. El religioso enfatizó que “la inequidad genera violencia” y aunque no cuestionó las estadísticas oficiales respecto a la deuda social -que llamó a saldar con el esfuerzo conjunto y sacó a relucir las reservas morales y espirituales del pueblo argentino- observó que “los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias”. Con estos conceptos, dejó planteada una crítica, eludiendo la confrontación, al discurso oficial sobre el aumento de la pobreza, que no solo ha crecido desde la llegada de Cambiemos, sino que es condición necesaria de las políticas neoliberales. Está demostrado, en el mundo y el país, que el crecimiento exponencial de la desigualdad social y la concentración de la riqueza, que el Arzobispo consideró precondiciones de la violencia social, son inseparables de las políticas de ajuste ortodoxo. En un reciente artículo, con menos ambivalencia, la Fundación Pueblos del Sur calificó como “retóricas” a las medidas destinadas a combatir la pobreza en el Presupuesto Nacional 2017 y destacó que, al ver los índices de pobreza en aumento, “se observa con gran asombro y preocupación la falta de claridad que tiene el Gobierno para explicar y fundamentar su propuesta de acción política, orientada a cumplir con los objetivos de su gestión y mantener apego a sus promesas de campaña”. Con consignas vacías como “pobreza cero”, o el ubicuo “Plan Belgrano”, se trata de tapar que no existe una política concreta para los sectores más vulnerables. La Fundación citada concluye advirtiendo que “muy lejos de revertir la situación, las medidas adoptadas por el Gobierno de Cambiemos están agravando la situación, al recurrir con mayor dogmatismo a la filosofía y recetas que han hecho de la pobreza un flagelo estructural”.
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