Señora Directora: Desde hace varias semanas –ya meses–, Misiones y la región vienen padeciendo una continuidad y volúmenes de lluvias que afectan la vida cotidiana de las personas y animales, y a toda la producción. Su impacto en las familias ya comienza a sentirse con fuerzas, así como el crecimiento de las aguas avanza sobre algunas zonas urbanas y rurales, y amenaza también a la estructura vial con el consiguiente riesgo de aislamiento.Estas excepcionales precipitaciones, aunque nos neguemos a aceptarlos y las justifiquemos como fenómenos meteorológicos cíclicos que se dan en épocas variables, forman también parte de las consecuencias de un cambio climático cada vez más patente e inclemente en todo el mundo. Sin que haya quienes asuman sus responsabilidades desde los gobiernos o desde las empresas que hiperexplotan el medio natural. Como si el daño será solo para los otros, los pobres y desposeídos, que, es cierto, son los primeros que los padecen con mayor rigor, pero no los únicos. ¡Dejemos de hacernos los sonsos!
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