Siempre habrá situaciones que perdurarán en nuestra memoria. Momentos únicos que nos reconfortarán cuando la soledad invada nuestro presente, son aquellos recuerdos que llegan para salvarme, reconfortarme y llenarme de esperanzas.Así como un aliciente que demuestra una vez más que un simple recuerdo puede ser más poderoso que todo aquello que creemos como real y verdadero. Este pensamiento me llevó como una suave brisa a aquella tarde cuando terminaste dormida entre mis brazos, mientras que aún despierto, pensaba que estaba soñando. Lo que comenzó tímidamente con una sonrisa terminó con suaves caricias que despertaron el corazón.Aquella tarde encerramos nuestros miedos en crisálidas, donde luego extendieron sus alas y volaron para nunca más volver. Nos dejaron solos para que descubramos los secretos del placer que se amalgamaron rápidamente con la frescura de tu piel. Recuerdo aquella tarde entre mate y mate, no nos faltaron temas para hablar, risas y en el fondo una suave música para acompañar. Era todo tan perfecto al igual que tu sonrisa cuando la combinabas con tu mirar. Mientras que solo quería encontrar el modo de abrazarte para saciar esta necesidad de amar, estas ansias de quebrarme y así confesarte esta inmensa pasión. En un momento tomaste mi mamo y miraste distante como buscando en el pasado algún dolor o simplemente para soñar a mi lado y compartir tu soledad.Aquella tarde hicimos el amor cuando entre llantos me decías que no podías olvidar tu pasado y que no podías hacer nada para evitarlo, mi respuesta fue simplemente una sonrisa en la que te dije que la única forma de olvidar un dolor, es recordándolo. Ni siquiera tenía palabras que alivien tu aflicción por aquellos que te hicieron daño, porque sin sus malas acciones no estarías aquella tarde en mi habitación, tampoco se despertaría una sincera ilusión. Sin ellos no tendrías a esta persona que moriría por el simple hecho de no verte, pero que renacería con el encanto de algún encuentro. Aquella tarde hicimos el amor mientras te contaba lo maravillosa que es la vida, si todos tuvieran un sentimiento como el nuestro, uno que no tiene lógica, algo repentino como tu risa que se grabó en mi memoria y hoy se manifestó a través de esta oración.Aquella tarde hicimos el amor, cuando te acostaste en la cama y me cantaste una canción, mientras te reías porque no la sabía, pero solo veía que de tu voz salieron coros de ángeles para iluminar la habitación, me hacías tan feliz que simplemente sonreía, parecía que nada tenía sentido, solo estar con vos. Aquella tarde hicimos el amor cuando sobre la almohada te quedaste dormida, cansada de tanto reírte y llorar, en una tarde que se convirtió en nuestro mundo y que el tiempo no tuvo lugar. Mientras tomé una cobija para abrigarte, parecías un ser tan frágil, pero aún así nunca pude encontrar a alguien de un amor tan fuerte, sincero y transparente. Fue así que me levanté de tu lado y apagué las luces, me retiré en silencio para no interrumpir tus sueños, mientras que mi boca sonreía deseando para tu vida solo lo mejor, que en algún momento encontraras con quien compartir tu verdad. Aquella tarde hicimos el amor de mil maneras, cada una se transformó en una confesión donde entregamos el corazón y por un momento me hice dueño de tu verdad. Desde el día que te vi volví a renacer y creer que todo propósito en esta vida es no recorrerla solo. PorRaúl Saucedo [email protected]
Discussion about this post