Señora Directora: Estos días de lluvia ya me tienen harta. Muy poco se puede hacer en la casa y es un verdadero calvario pretender lavar ropa, si es que no desea tenerla varios días colgada, juntando humedad y mal olor. Porque aunque aún una tenga sus mañas para apurar el secado –no tengo máquina para ello–, con el costo y el riesgo que significa tener largas horas prendido un ventilador, el problema aumenta si debemos salir a la calle y necesitamos trasladarlos lejos de nuestra vivienda.Con escasas paradas de colectivos y el tiempo que separa a un colectivo de otro con la consecuente interminable espera, el malestar se acrecienta; y cuando llega, debemos contenernos para no pelear o discutir con el colectivero que, imagino, muy poco tiene que ver con las frecuencias de ese servicio público.Peor todavía si una ráfaga de viento te toma desprevenida e invierte o quiebra tu paraguas, llevándote irremediablemente a que tengas que soportar el agua abrazando todo tu cuerpo y empapando tu ropa.Al menos podríamos tener un buen servicio de colectivos como para atemperar esa inclemencia del tiempo.
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