En mayo celebramos un nuevo aniversario del primer grito de libertad y es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra vida como ciudadanos de una patria emancipada. Es un día en el que hacemos memoria de aquel 25 de mayo de 1810, donde nuestros próceres nos regalaron el primer impulso de libertad para construir una patria libre para todos los habitantes de esta hermosa tierra. La Patria es un don precioso de Dios que debemos valorar y seguir construyendo cuidadosamente. Y este regalo que nos ha dado Dios, al gozar de esta hermosa tierra con tantos recursos naturales, nos debe interpelar y comprometer para que con el esfuerzo de todos pudiéramos alimentar a todos los habitantes de esta tierra compartiendo con los más necesitados de otros países. Sin embargo las reiteradas crisis económicas que hemos vivido en las últimas décadas, están llevando a miles de familias a la pobreza y la marginación. Esta nueva celebración de la fiesta patria es un llamado para que podamos juntos hacer realidad ese grito de libertad, con el esfuerzo colectivo para erradicar la pobreza. Somos una nación que ha heredado el magnífico ejemplo de personas con una gran capacidad de trabajo y esfuerzo. Sin embargo, no son pocas las veces que somos testigos de aquellos que se acomodan en puestos de trabajo, donde pasan el tiempo sin trabajar ni esforzarse. Necesitamos realzar el valor del trabajo honesto, porque la patria se construye y progresa con el trabajo, esfuerzo y honestidad de todos sus habitantes. Debemos bregar por una justicia y equidad para todos los ciudadanos, ya que son principios básicos de toda sociedad. Creo que cada vez más necesitamos una justicia accesible para los que pueden pagar este largo proceso de acceder hacia ella y también para aquellos que no tienen medios para lograrla. Son tantas las situaciones en nuestra Patria que urge la necesidad de un proceso judicial libre, confiable y accesible para todos los habitantes.Como nos marca el documento de la Conferencia Episcopal Argentina con motivo del bicentenario de la Independencia: “Sabemos que no hay democracia estable sin una sana economía y una justa distribución de los bienes, aunque entre todos debemos seguir trabajando a fin de hacerla realidad y que no quede solo en una consigna o en un plano teórico o meramente emotivo”. Que esta equidad y una justa distribución de los bienes nos lleve a la verdadera libertad para todos los argentinos.Desde aquel primer grito de libertad estamos libres de la colonización española, pero como nación cada vez más somos esclavos de la creciente inseguridad. Urge de manera inminente la necesidad de construir una sociedad donde podamos vivir en paz, especialmente los más vulnerables que son los niños y los ancianos. Qué bueno que podamos cuidar a los extremos de nuestra sociedad, como nos pide nuestro papa Francisco.Son muchos los desafíos que nos toca enfrentar a cada uno de los argentinos para seguir construyendo y fortaleciendo esta hermosa Patria que Dios nos ha regalado y que nuestros próceres fueron construyendo con su esfuerzo sincero. Pero necesitamos el compromiso de todos, una gran creatividad y el amor desinteresado a la patria, no solo en discursos, sino en opciones claras desde la educación, fortalecimiento de las instituciones, revalorización del trabajo, activación de las empresas. Se trata de un patriotismo que es mucho más que un simple sentimiento.Que la Virgen de Luján, patrona de nuestra Argentina, bendiga este suelo y a todos los que a diario, muchos de ellos de manera silenciosa, entregan sus vidas para seguir construyendo esta hermosa Argentina. ¡Feliz día de la Patria y que Dios bendiga nuestra Nación!
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