Poco a poco, según van creciendo, los niños empiezan a alejarse un poco de sus padres, y eso, que tanto les gusta, a la vez les produce miedo e inseguridad. Viven tantas experiencias en el día, que a veces necesitan parte de la noche para asimilarlas. Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial. Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño y también para los padres y son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedo comunes y normales a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.Crear hábitos para ir a dormirLos niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener algún juguete en la cama, junto a él, cada noche. Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación a otros les puede gustar colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, tales como mantas viejas o algún juguete de preferencia, de los que dependen algunos niños, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño.Algunos tips que pueden ayudar:Simplificar: Tomar en consideración el horario de la familia y las preferencias del niño. No comenzar con normas que después no se seguirán. La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación de seguridad cálida, un final del día confortable. Se discutirán por encima las incidencias del día que termina y se planearán cosas para el día siguiente. Preparar sus ropas para el día siguiente, junto a los libros, será de utilidad para niños más crecidos. Leer un cuento ayudará a otros niños a entender que ha llegado el momento de acostarse. Utilizar señales que hagan patente la rutina.Mantener al niño calmado. Las peleas o los juegos muy activos inmediatamente antes de irse a la cama, no preparan al niño para dormir. Media hora antes de acostarse, el niño debe encontrarse relajado para cuando llegue el momento. Más que una guerra de almohadas o un juego de pelota serán unas costumbres sosegadas que incluyan la higiene habitual, la lectura, la narración de cuentos o la música. Todo esto, que suaviza el momento de acostarse, también debe seguirlo la persona que se ocupe del niño.Hablar con el niño de sus miedos y angustias Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudando a que se duerma.Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión, use la conversación y los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles de causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.ColaboraCecilia Castillofacebook Lic-Castillo-Cecilia- Jujuy 1765 4 piso 3764 229954
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