La práctica del Yoga en forma asidua, constante, inspira en las personas el cultivo de hábitos más saludables porque comprueban que respirar conscientemente y ejercitar la atención plena obran cambios muy importantes.Esos cambios operan sobre muchos hábitos desfavorables como el consumo excesivo de alimentos industrializados, alcohol, tabaco y ciertos fármacos; también sobre el estrés y la falta de descanso que sobrecargan el sistema inmunológico; sobre los sentimientos negativos como el rencor, odio, venganza, envidia y avaricia, así como la actitud de esperar todo de los demás.Con ese propósito, Tara Stiles nos aconseja empezar por donde estamos, comprendiendo que siempre estamos precisamente en el sitio donde tenemos que estar, porque los cambios no tienen que ser drásticos sino graduales, dando un paso por día, tratándonos mejor, transformándonos a nosotros mismos con honestidad y disciplina, pasado buenos momentos con la familia y los amigos, dando más lugar a las expresiones de amor, a la solidaridad y a los cuidados afectuosos.En el mismo sentido y desde su Escuela de Yoga en Zurich, Gertrud Hirschi nos propone descubrir y aprovechar las fuerzas interiores para aumentar el bienestar físico y emocional, sugiriendo hábitos de comportamiento como recogernos en el silencio unos minutos por día, para percibir que cualquier carencia en la salud o en la alegría de vivir causada por la insatisfacción en la relación con nosotros mismos, con los demás o con nuestras actividades, debe ser considerada como un obstáculo a superar para poder avanzar en el camino de la vida; ya que podemos transitar ese camino apretando los dientes o como si fuera un juego, desplegando el optimismo y el sentido del humor que permiten allanar muchas dificultades y descubrir nuevas perspectivas. Así, si perdemos algo o las cosas no salen como queremos, Gertrud nos recomienda permanecer relajados y mantener una actitud abierta, para darnos cuenta de que después nos puede esperar algo mucho mejor, o que si una solución nos parece poco adecuada, con el paso del tiempo podría resultar ser la óptima. Entonces, ante un panorama que podría presentarse incierto, disfrutemos y valoremos las pequeñas maravillas y alegrías de la vida cotidiana, tratémonos bien y así, desde la autovaloración, podremos transmitir bienestar al entorno; siempre recordando que toda la confianza, serenidad, constancia y buen humor que estamos desarrollando con nuestra práctica requieren tiempo, implican algunas recaídas en anteriores modelos de conducta, pero que siempre estarán presentes mientras permanezcamos en un estado de alegre expectación, resolviendo inconvenientes y manteniéndonos abiertos a todo lo nuevo. Y todo eso surge de la imponderable experiencia del momento presente en la hora del ahora, en la clase de Yoga. Namasté.ColaboraAna Laborde Profesora de Yoga [email protected]. 4430623
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