Hoy los panificados y dulces llegan con recetas caseras, heredadas de la oma (abuela) o de una tante (tía), que Patricia Frank las pone en práctica y quienes conocen sus productos coinciden en que es una verdadera experta. En diálogo telefónico con PRIMERA?EDICIÓN, Patricia confiesa que “solo los panificados me gustan, trato de hacer algo de salado, pero me dedico más a los dulces”. Excepto las Brezel y los palitos de queso o käsestangen, en alemán; dos manjares que todos reclaman para acompañar la cerveza como buenos alemanes. Ella es una encantadora mujer que decidió utilizar una panadería que estaba prácticamente instalada en la casa que alquila. “El señor era un gran panadero que viajó a Alemania y me dejó algunas recetas. Yo aprendí mucho de la oma, de una tante y también otras tantas mujeres de acá que iban dando consejos para cada preparación. Mi idea es mantener la tradición alemana así que fui aprendiendo a hacer tartas y las galletitas dulces que muchos conocen. Esas son las que tradicionalmente se preparan para las fiestas de fin de año”.Como mamá de dos jóvenes veinteañeros estudiantes universitarios, Patricia reconoce que “en los primeros años de los hijos hay que dedicarles tiempo, siempre hice todo yo, tanto la comida como los dulces, todo casero. También tuve huerta y realicé tejidos, artesanías. Siempre en casa. Cuando decidí dedicarme a los panes, fue con los chicos grandes y así no se siente el nido vacío. Todas tenemos que hacer algo para sumar a la economía del hogar y siempre hay algo para hacer”, dice tan convencida que da muestras de ello. Trabaja sin empleados, pero recibe la ayuda de su mamá Inés, quien le dedica dos horas siempre que va a su casa para hacer el pan. También colaboran sus hijos y su esposo cuando tienen ratos libres. Los panes de semillas son unos de los productos más requeridos, pues pueden comerlos todas las personas, inclusive diabéticos. Además de ricos, todo lo que prepara “Pati” es natural, sin conservantes y con materia prima de primera calidad. Incluso ella misma viaja a buscar especias como canela y clavo de olor a Brasil, pues está convencida que allá esos productos son los mejores. Muchos posadeños y de otras localidades conocen las delicias de Pati y si pasan por Montecarlo se llevan sus “provistas” que Pati ya tiene listas. Antes hay que llamar y realizar el pedido, “así les puedo guardar o preparar especialmente como los palitos de queso que son los que piden los clientes más jóvenes”. Si desean probar alguno de esos manjares, solo tienen que llamar a los teléfonos 03751 481478/cel 575398. El emprendimiento es Pati’s Brezel Delicatessen.
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