Señora Directora: Analistas económicos destacados a nivel mundial coinciden en que aumenta cada vez más el desequilibrio económico en la mayoría de los países, cuyos efectos negativos están a la vista con el crecimiento de la pobreza y del porcentaje de mano de obra desocupada.Por un lado, países llamados del “primer mundo” y algunos que no lo son, gastan millones de dólares o euros en armamentos y tecnología militar, aumentando así las posibilidades de conflictos. Se agrega el astronómico –vale el término en este caso-, presupuesto en los proyectos espaciales que no tienen una cifra final exacta, dados los permanentes cambios y modificaciones en la planificación y concreción de los distintos componentes que hacen posible el objetivo.Lo último en ésta materia es lo que adelantó la Nasa (por su sigla en inglés, Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) para quienes viajarán hacia el planeta Marte, pues tendrán que vivir previamente durante un año en la Luna, donde se instalará una base y recién después podrán llegar al “planeta rojo”.Un especialista en el tema manifestó que, de concretarse ese proyecto, superará ampliamente el billón de dólares.Cabe acotar que si analizamos la economía de nuestro país, también se han gastado millones de dólares en proyectos que no sirvieron o que quedaron en la idea solamente; sin contar con “lo mal habido” por parte de los oportunistas ya conocidos.Por otro lado, en muchos países hay pobreza extrema, la cual ya es un llamado a la reflexión y un alerta para quienes podrían ayudarlos. Lo peor, lo más triste y doloroso es lo que sucede en casi todo el continente africano, donde el hambre ya es una crisis alimentaria, a lo que se suman las distintas enfermedades y pestes que castigan diariamente a sus habitantes.Pero eso pareciera que poco importa, quizás porque no hay mucho que sacar de sus tierras o por las mismas dificultades que genera esa sociedad diferente a la nuestra.Ni las distintas religiones pueden lograr un equilibrio en la economía africana, porque el dolor y el sufrimiento no son pruebas suficientes para cada uno de nosotros que preferimos mirar a un costado o directamente “actuar indiferentes”.Sólo aquél que sabe lo que significa “tener hambre”, cuando nadie se preocupa por darle algo de comer, cuando el estómago duele por encontrarse vacío, cuando el cuerpo se debilita y comienza a entender que su vida corre peligro, recién ahí siente que está padeciendo el olvido de quienes lo rodean e inexorablemente lo espera la muerte.Y pensar que todos los días se “tiran miles de kilogramos de alimentos”, que bien podrían paliar el hambre de miles de personas que se encuentran marginadas por el poder capitalista que no ve más allá de sus intereses egoístas.Siempre se dijo y lo han expresado visitantes extranjeros de relevancia internacional, que Argentina es un país privilegiado por la variedad de suelos, de climas y la riqueza natural que posee, por lo que no entienden por qué creció de manera exagerada la población marginal, que soporta un ambiente de pobreza y que a la vez debe soportar el oportunismo de quienes aprovechan su situación y necesidades.
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