Señora Directora: En los últimos días se observa un aumento de la actividad en la terminal de transferencia de la avenida Quaranta y, al parecer, comenzaría a trabajar con todo en las próximas semanas. Sería grato que así ocurriera, ya que permitiría finalmente la integración de las líneas del sur y oeste de la ciudad, facilitando los trasbordos entre ellas y reduciendo el número de pasajes necesarios para hacer esos cambios, con el ahorro de unos pocos pesos (y que suman).En cierta forma, marca un avance hacia uno de los objetivos que justificaron el Sistema Integrado de Transporte (Sitm), aunque queden pendientes algunos otros que permitan superar los inconvenientes creados, sobre todo horarios. En la de Villa Lanús, por ejemplo, muchas veces hasta es exasperante el tiempo que se debe esperar para poder abordar un segundo colectivo que nos acerque a la meta (hacia el centro o desde éste), sobre todo porque las unidades de mayor porte (“gusanos” o colectivos articulados) suelen permanecer largo rato hasta que consiga completar su capacidad. De manera tal que lo que se ahorra en dinero, se pierde en espera, viéndose muy extendido el tiempo que demanda ir de destino a destino, que no ocurre en aquellas unidades que soslayan esa parada aledaña al Campus.Ese, el del dinamismo, es quizás uno de los aspectos del Sitm que todavía no han sido resueltos y espero –me esperanzo– que no ocurra cuando debamos utilizar la terminal de Quaranta y Santa Catalina.
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