Pacífica y maravillosa, Normandía posee una increíble diversidad de paisajes, desde bosques y praderas campestres hasta majestuosos acantilados costeros, pasando por la famosa bahía del Monte Saint-Michel, los meandros del valle del Sena, la Suiza normanda o los pantanos de Cotentin y Bessin. La gastronomía de la región ofrece entre algunos de los sabores que harán las delicias del paladar del visitante, mariscos, cordero de los prados, sidra, pommeau y poiré, teurgoule (postre de arroz con leche), productos lácteos de Isigny o quesos del País de Auge.Feudo de Guillermo el Conquistador y punto clave en el desembarco de 1944, Normandía alberga un gran número de lugares que atraen a viajeros de todo el mundo durante todo el año, empezando por el famosísimo Monte Saint-Michel, con su prestigiosa abadía benedictina, siguiendo por el conocido castillo Gaillard, la catedral gótica de Coutances, la ciudad medieval de Bayeux, las ciudades histórico-artísticas de Caen y Rouen, las elegantes localidades playeras de Deauville y Bagnoles-de-l’Orne, los magníficos jardines de Monet, el encantador pueblo de Saint-Céneri-le-Gérei o el elegante castillo de Carrouges.Normandía también propone una auténtica inmersión en la historia de la Segunda Guerra Mundial a través de las playas del desembarco, la Punta de Hoc, el memorial de Caen y los múltiples museos consagrados a este período.Por último, los paisajes llenos de belleza de Étretat, Fécamp o Honfleur, que tanto sedujeron a los impresionistas del siglo XIX, no han perdido un ápice de su atractivo.Sin dudas, Normandía es el destino ideal para quienes disfrutan de la historia. ¡Buen viaje!Monte Saint MichelEs uno de los lugares más visitados de Francia y, por supuesto, la gran joya del turismo de Normandía. Símbolo de la resistencia francesa, pues fue asediado en vano por los ingleses durante la Guerra de los Cien Años. Desde 1979, el Monte y su bahía forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Cuando el viajero por fin llega al lugar, en el momento de contemplarlo con sus ojos el viajero comprueba que el Monte Saint Michel es uno de esos lugares con fama bien merecida, porque comprueba que es un sitio realmente único, tanto o más bello de lo que se hubiera imaginado. En la cima, la AbadíaEl Monte Saint Michel está coronado por la Abadía, la que con la Reforma Protestante perdió relevancia y en 1791, en el contexto de la Revolución Francesa, terminó por convertirse en prisión. Así permanecería hasta 1863, año en que fue clausurada. Poco después (1874) fue declarada Monumento Histórico y sometida a un largo proceso de restauración. A principios del siglo XX algunos monjes volvieron a instalarse en ella y en nuestros días aún hay unos pocos viviendo de forma permanente. ÉtretatEste centro turístico de la Costa de Alabastro es un lugar muy agradable, famoso por sus acantilados. Los acantilados de Aval y de Amont, este último dominado por la capilla de Notre-Dame-de-la-Garde, son verdaderamente excepcionales.Palacio de VersallesPatrimonio de la Humanidad, es uno de los palacios más conocidos a nivel mundial, no sólo por su imponente arquitectura y sus interminables y cuidados jardines, sino porque constituye una parte importante de la historia de Francia.La casa y los jardines de MonetEn el corazón de Giverny, la casa de Claude Monet es famosa por haber sido, con sus espléndidos jardines (hoy clasificados como “Remarquables”, de interés notable), una gran fuente de inspiración para el ilustre pintor impresionista.HonfleurSituada en la desembocadura del Sena, esta ciudad seduce inmediatamente al visitante que descubre su encantador puerto pesquero y de recreo, sus viejas callejuelas y sus casas de piedra, con entramados de madera o recubiertas de pizarra. Conjunto que ha sido inspiración de numerosos pintores. Los muelles del Estanque Viejo, las galerías de arte y tenderetes invitan a disfrutar de ella.
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