Hay frases que decimos llenas de buenas intenciones pero que en verdad tienen diferentes connotaciones por ejemplo, sobre la que voy a hablar hoy: “no te preocupes, no importa el tiempo que pasas con tus hijos, lo que importa es que ese tiempo sea de calidad" ¿En verdad es así?, ¿da igual el tiempo que pasamos con nuestros hijos?, ¿qué consideramos “tiempo de calidad”? o una frase que resuena mucho en las consultas que atiendo, “Con el cuento de que es más importante la calidad de tiempo, que la cantidad de tiempo, varios se deben creer vivos no? Uno de los problemas del dicho de “tiempo de calidad” es que es algo tramposo: contrapone la calidad del tiempo con la cantidad, como si ambas cosas fueran incompatibles. Y no es así en absoluto.Es indudable que las relaciones familiares de calidad son positivamente influyentes en el desarrollo de la vida social, intelectual y afectiva de los chicos. También es cierto que cada vez son más las horas que debemos dedicarle a las actividades laborales y a otras demandas de la vida, lo que provoca que en varias oportunidades los padres no dispongamos de todo el tiempo que quisiéramos para estar con nuestros hijos.Tips que pueden ayudar a generar momentos de cantidad y calidad con nuestros niños:Instituir un momento del día como “el momento familiar”. Este puede suceder todas las mañanas al compartir el desayuno o durante el transcurso de la cena, ya que son las mejores oportunidades para hablar de “la agenda del día” de cada integrante y es donde se plantean las opiniones y experiencias de cada uno.Mantener comunicación y contacto fluido a lo largo del día. Hoy la tecnología facilita las posibilidades para llamarlos o mandarles un mensaje de texto durante el horario de almuerzo o para saber si ya salieron de la escuela y llegaron a la casa. Los chicos deben saber que si nos necesitan pueden comunicarse con nosotros.Compartir actividades durante el fin de semana. Si en la semana tenemos poco tiempo, dediquemos el fin de semana para compartir una actividad especial y única con ellos. Puede ser un deporte, un hobby, mirar películas juntos o ir cumpliendo un proyecto común que se pactará entre ambos como planificar diferentes salidas al aire libre. Cuando el niño vea que lo prometido se cumple, podrá esperar sin ansiedad.
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