Nuestras personalidades nos separan con sus puntos de vista. Esta es una batalla que se libra permanentemente dentro de cada uno de nosotros, no nos separa solamente de los otros, también nos separa de nosotros mismos. Y como consecuencia de esa batalla interna, nos sucede la enfermedad.La enfermedad es más que una serie de síntomas, es una oportunidad de vida, no es algo negativo, es la expresión de un defecto a corregir para seguir avanzando en el proceso de evolución. La enfermedad no es un mal a suprimir, es un beneficio a comprender, ya que a través de ella podemos iluminar esas partes oscuras que necesitan ser miradas con amor para ser comprendidas e integradas al resto de nuestro ser.La enfermedad es el desacuerdo entre la personalidad y el alma y los síntomas son solo los mensajeros de esa lucha y desacuerdo interno. Ellos nos hablan de la desconexión entre la mente la emoción y el cuerpo. Frente a la incapacidad de expresar nuestras emociones, el cuerpo nos pone en alerta y trata de exteriorizar nuestros dolores a través de los síntomas. Nuestro cuerpo siempre es directo y nunca se anda con rodeos. Escucharlo y no negarlo sería el desafío que tenemos para poder mejorar nuestra calidad de vida.Amigarse con los síntomas y escuchar al cuerpo, ya que cuerpo y mente están conectados y juntos formas parte de la totalidad del ser. “Uno no es sin el otro.”Somos una unidad cuerpo emoción y mente, y solo a través del alineamiento y la buena comunicación entre los tres podemos encontrar el tan delicado equilibrio.Honremos a nuestra enfermedad ya que es ella la que nos lleva al cambio de actitud y re direccionamiento. Honremos el proceso de la vida, conlleva en él un orden que al reconocerlo nos permite fluir no solo con nosotros sino con todo a nuestro alrededor…. ¡Integremos, no excluyamos! La enfermedad tiene un mensaje de cambio para nosotros. Solo tenemos mirarla con respeto y humildad.ColaboraPatricia [email protected] Facebook: Patricia Mónica Couceiro 3764 829015
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