Hay personas que siempre terminan involucrándose en relaciones en donde el sufrimiento es el factor principal. Las escuchamos muchas veces decir “siempre me tocan este tipo de parejas” o “siempre me pasa lo mismo”. Pasan continuamente de una pareja a otra sin llegar hacer el duelo necesario. Se instalan en el sufrimiento como forma de amor, responsabilizando al otro de su propia felicidad. Nuestras relaciones están marcadas por la relación que tuvimos con nuestros padres y estas elecciones tóxicas siguen este patrón.En algunos casos se debe a haber tenido padres muy rígidos y autoritarios para los cuales el niño debía ser manejable y obedecer ciegamente para merecer su amor. En estos casos, al establecer una pareja estas personas creen que deben ser sumisas y aceptar todo para lograr el afecto del otro.En otros casos entra en juego el temor al abandono, ya sea por manifestaciones de sus padres o tan solo por el hecho de sentir que podía suceder. Esta vivencia se repite en la pareja teniendo la creencia de que se debe aguantar el trato que sea para mantener el amor.También existen personalidades en donde el ingrediente principal en las relaciones son las emociones intensas, buscando siempre peleas y reconciliaciones. Sea cual fuera el caso siempre es necesario para lograr un cambio y no continuar con esta norma identificar la conducta tóxica, tomar conciencia de las mismas para luego evaluar la relación y promover los cambios en uno mismo, buscando relaciones más saludables y vínculos afectivos verdaderos. ColaboraRita FilichLic. En psicologí[email protected]
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