Ser emprendedor es como un sinónimo de creatividad, innovación, crecimiento, cambios y Bibiana Galeano sabe de esa necesidad de cambiar de rubro cuando las circunstancias lo requieren.Ella comenzó siendo diseñadora textil hace unos años, cuando regresó a Misiones por segunda vez trajo sus diseños y le fue bien, aunque con el tiempo las ventas comenzaron a decaer. “Tuve que buscar otra cosa, pensé ‘¿qué puedo hacer?’ y vi el tema de los porongos y los mates. Me dije, voy a probar con esto y busqué quién me asesore porque no tenía ni idea de cómo hacer un mate”, cuenta con humor Bibiana.Ella incluso, cuando comenzó con el emprendimiento textil tampoco tenía idea de cómo coser nada, “y tampoco me gustaba coser pero sí me gustaba diseñar así aprendí a pintar y a crear ropas que gustaron”. Con el tiempo, la emprendedora confiesa que “es como que te vas aburriendo y se van terminando las ideas porque no me gusta hacer dos o tres cosas iguales, siempre quiero hacer algo diferente”.Pero al momento de decidir cambiar de rubro Bibiana advierte que “no hay que temerle a nada y no es que no tenga miedo, pero no me achico, voy y aprendo. Tuve la suerte de hacer un curso con el experto en mates Francisco Scutella, un hombre de 80 años que está fantástico y vino a Posadas. Así aprendí a cortar y a usar el torno porque al principio es difícil pero luego ya te sale bien”. Cuando surgió la nueva propuesta de los mates, notó que al público les atraía, se vendían mejor y sumó otras ideas más allá de los mates. Utilizando siempre el porongo como materia prima crea yerberas, porta macetas y a todo le da su toque, su estilo. “Me gusta ofrecer algo diferente ya sea en diseño o colores. Fui aprendiendo cada vez más y creando, eso me mantiene activa. Claro que no es un gran ingreso económico, pero me da para sobrevivir”. Ella está de miércoles a sábado por la tarde en el Paseo Bosetti y los domingos en la costanera. Durante el tiempo que le queda libre trabaja en la casa, tallando debajo de un árbol y ahora con el tiempo lluvioso trasladó sus cosas a diferentes espacios de la casa. Bibiana, divorciada ya de grande, encontró una alternativa, algo que la hace sentir productiva, creativa, innovadora y que la mantiene en contacto con la gente. Ella dice: “Tener el puesto es tener amigos, gente con quien hablar, distraerme, tener mi propia vida sin molestar a mis hijos que también tienen la suya”. Es mamá de 4 hijos, tiene 10 nietos y un bisnieto, y se dedica a ella junto a su hijo artesano.
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