Más de una vez habremos visto con placer el balanceo de quienes practican Tai Chi. Las formas que van logrando en movimiento en continuidad, es como que están a punto salir a volar o flotar. Este domingo habrá una clase abierta a la que se podrán sumar todos los que deseen experimentar esta disciplina que, a muchos, les cambió la vida, comenzando por los maestros e instructores. En diálogo con el maestro de segundo grado Enrique Santos; la maestra en primer grado, Crisel Bernal y la instructora Hilda González, descubrimos las bondades del Tai Chi y cómo influyó en ellos. Enrique dice que la enseñanza de Pakua le cambió su forma de ser con “esta maravillosa maestría que es Tai Chi me ha dado herramientas para ser una persona más flexible, más fluida. En el día a día no tiene precio y fue todo a través de la práctica diaria. Aprender a conocerme, cuándo estoy estresado, ansioso y saber que tengo herramientas para salir de esos estados y sentirme siempre como quiero estar yo y no que me influya el entorno”. Pakua es una enseñanza oriental, milenaria, que está al servicio del bienestar de las personas. También a Crisel le cambió Pakua, “antes me dedicaba a muchas cosas. Estudiaba bioquímica pero me di cuenta que no era lo mío. Hace cuatro años de pasé de correr hacia todos lados, de hacer mil y una actividades, de no tener tiempo ni de respirar. Me enseñó a dedicarme a mí, a ser yo, a encontrarme a mí misma. Antes era introvertida, dedicada a varias actividades y atenta al bienestar de otras personas y no a mi. Hoy si bien es una ayuda a otros es una ayuda que parte de mi para los demás”. Hilda, tuvo una experiencia diferente y no menos placentera, pues dice: “Empecé de casualidad. Hacía muchos años estaba en un proceso de cambio. Como me había mudado a un barrio, buscando hacer amistades de mi edad, ahí empezó mi historia con Tai Chi. Muy lentamente fui entusiasmándome… un día me di cuenta que tenía un cuerpo energético muy bien estructurado. Ese cuerpo energético es un andamiaje que permitió a todo lo demás reacomodarse y rejuvenecer. Veo al Tai chi como parte de un programa de longevidad y rejuvenecimiento, sobre todo la clara percepción de que somos un campo de energía. Eso se nota. Llega un momento en que nos damos cuenta que nuestro cuerpo es nuestro instrumento y que estamos sustentados en un cuerpo energético”. Convertirse en Instructora también fue casualidad: “Un día vino alguien y me dijo ¡felicitaciones! Es instructora y no tenía ningún propósito y una vez en el baile hay que bailar. Pienso que es importante para todas las edades, la alerta percepción es fundamental para mi edad porque los problemas que tenemos es por estar distraídos, metidos en esa rumiación mental constante que no nos deja ver lo que está sucediendo lo que sucede a nuestro alrededor”. Así, con energía en equilibrio podemos estar todos.Por Rosanna [email protected]
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