Existe un sueño común a todos y en el consultorio lo palpamos a diario: tener energías, ganas de hacer las cosas, aprender a disfrutar. Personas de cualquier sexo y edad concurren al consultorio para ver si encuentran la causa porque aseguran sentirse agotadas, “no alcanzo a terminar de hacer lo que deseo”, “no tengo paciencia” (expresan). Generalmente en el chequeo de rutina notamos contracturas musculares, ingieren poco líquido, y con exceso de actividades físicas y mentales. Dios nos dejó un día de descanso, no solo físico sino mental, ya que lo necesitamos, aunque a veces aprovechamos ese día para organizar y hacer mil cosas, y no descansamos.Entonces comienzan las horas acumuladas, el desgaste físico e intelectual, que nos llevan a nuestra primera etapa de desgaste. La queremos hacer pasar desapercibida hasta que la gente a nuestro alrededor nos ofrece un mate y decimos “no gracias, estoy con gastritis”, o nos ven mal y decimos: “Me duele el cuello, la cabeza, me siento mal”. A todo se suma el mal humor, la intolerancia, el encierro, el malestar físico… son señales de alerta que debemos tener en cuenta y estar atentos a no empeorar.Los chicos, la casa, el trabajo fuera de casa, todo es más importante hasta que nuestro cuerpo dice ¡basta! Hoy los invito a tomarse unos minutos y planificar “nuestro sueño” de estar plenos y aprender a disfrutar. Les cuento que soy una sobreviviente de la falta de valorarme y qué hermoso es ver hoy cómo el tiempo rinde más y la calidad es mayor cuando nosotros estamos bien. La prioridad, aunque parezca egoísta es buscar esos minutos de soledad, aprender a respirar, relajarnos y tener la quietud necesaria para organizarnos mejor. Igualmente podemos ayudarlos, pues la salud física se puede mejorar con Revitalización Celular. Les contaré más. Tengan un ¡Feliz domingo!ColaboraMarcela CampiasMédica. Clínica.Especialista en Medicina Orthomolecular. CIMOEn FacebookAv. Tambor de Tacuarí 3328T.e. 4423184
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