Una pequeña capilla llena de peregrinos, en un entorno de 120 hectáreas de selva natural y protegida, quizá no llamaría tanto la atención si no fuese porque está construida dentro en un espacio histórico -de por sí- lleno de espiritualidad: la Misión Jesuítica de Santa María. Construida hace más de 100 años a manos de los primeros pobladores de esa Comuna, situada a 10 kilómetros de Concepción de la Sierra, el santuario sigue en uso y la convierte en única en su tipo, en toda esta región, por hallarse “viva” dentro de los restos de las Misiones Jesuíticas.De hecho, la conexión que tiene el pueblo de Santa María con esos restos jesuíticos conservados en el seno de su localidad, también se diferencia de la relación que tienen demás miembros del resto de las comunidades que poseen conjuntos de las Misiones en sus territorios, justamente por la devoción de los vecinos y lugareños quienes asisten cada semana a celebrar misas, elevar oraciones o agradecer. Lo hacen ante una imagen de Santa María, que también se conserva desde los tiempos de la Misión, que fue hallada y reconstruida por los pioneros. Hay escasos registros de cómo se construyó la capilla a principios del siglo XX y a raíz de la llegada de los primeros pobladores de la colonia. De hecho, más que algunas fotografías no existen registros históricos. Lo que se sabe sobre ella es lo que se fueron contando los vecinos, de generación a generación, y que es lugar de peregrinación.“No es lo mismo que las personas asistan culturalmente a visitar una iglesia antigua, que cuando van a ellas pero en plan espiritual. Hay una diferencia desde las apetencias del turista, por eso no es lo mismo cuando las visitas a determinado lugar se producen por una cuestión religiosa. Lo primero podría catalogarse dentro del turismo cultural, pero cuando van en plan espiritual religioso (peregrinación) la cosa cambia”, opinó la experta en arquitectura patrimonial, doctora Graciela Kuna, al ser consultada por PRIMERA EDICIÓN sobre el caso. Kuna, junto con un equipo de profesionales de Arquitectura y Turismo Patrimonial dirigido, también, por las profesoras Ángela Beatriz Rivero y Graciela Cambas de la Universidad Nacional de Misiones, interviene en esas reducciones con distintos proyectos que dan visibilidad y relevancia a las Misiones.“Santa María es un lugar que está vivo a diferencia del resto, que son justamente ‘restos’. El lugar sigue con una dinámica a partir de la visita y peregrinación a la capilla construida allí, que no tiene ninguna otra. Eso en muy importante. A eso es a lo que nos referimos cuando decimos que hay una marcada diferencia cuando se hacen recorridos de Semana Santa entre las iglesias y los templos de la localidad, que se hace desde el punto de vista turístico”, describió.Restauración de la imagenAsimismo, la doctora arquitecta observó la necesidad de proceder a una restauración de la estatua de la Virgen María, que se sigue deteriorando y que requiere tratamiento especializado para que no pierda su condición de pieza “original” de acuerdo a lo que señala el documento de Nara en autenticidad.
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