A tan solo ocho semanas de su puesta en marcha en Posadas y Garupá, el programa Hippy “Aprendiendo en casa” cosecha logros y elogios, no sólo de las 330 familias de esas dos localidades misioneras que participan de la experiencia, sino también de los 22 tutores, la mayoría de ellos líderes comunitarios que se capacitaron para ayudar a los padres en la enseñanza de sus niños en la primera infancia, de 2 a 4 años, y se convirtieron en agentes de cambio social. “Nos emocionamos escuchando las historias de estas familias de Parque Adam, A-4, Porvenir, Miguel Lanús, San Onofre, San Lorenzo, Belén (Itaembé Miní), entre otros barrios con población más vulnerable. Las mamás nos contaron que sus hijos les piden que dejen lo que están haciendo porque quieren aprender. No solo los más pequeños están entusiasmados, también los padres y toda la familia porque los hermanitos se suman a esta propuesta lúdica que fomenta el aprendizaje”, destacó el coordinador del programa en Misiones, Lucas Carneiro, director de la Fundación Desarrollo Agropecuario, la organización civil que junto a la Fundación Conciencia, la Amia y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación llevan adelante su aplicación piloto. Participaron además del primer balance del programa en Misiones la presidenta de la Fundación Conciencia, Baby Lacroze; el secretario de Programas Sociales de la Amia, Flavio Goldvaser; y el vicepresidente de la Comunidad Israelita en Misiones, Marcos Alfici. La propuesta La propuesta es simple y está basada en el rol de primeros educadores de los padres en la infancia. Pero los padres no están solos. Una vez por semana, los tutores se reúnen con ellos y, a través de la técnica de role play, les enseñan los cuadernillos con las tareas que realizarán con sus hijos cada semana. “Estimamos una dedicación de un par de horas para cumplir con el objetivo semanal, pero en Misiones, los padres nos cuentan que sus hijos les demandan más tiempo porque están muy entusiasmados con la propuesta lúdica. Hay familias que nos hablan de un cambio en su forma de relacionarse porque las actividades mejoraron los vínculos entre padres e hijos”, contó Lucas. Tampoco los tutores están solos porque fueron capacitados para llevar a cabo la tarea. “La mayoría son líderes comunitarios, responsables de comedores barriales o referentes de las iglesias. Ellos también están sorprendidos no solo por la aceptación del programa sino también porque se reconocieron en este nuevo rol de agentes de cambio… muchos se dieron cuenta que no solo pueden llevar adelante un comedor sino también otros proyectos socio-comunitarios que lleguen a más familias”, destacaron. Equidad La presidente de la Fundación Conciencia, Baby Lacroze, destacó que “Aprendiendo en casa” permite garantizar la equidad educativa. “Los chicos entran a salita de Nivel Inicial igualmente preparados que los otros que tienen mayores oportunidades. Esto es algo que las madres agredecen mucho pues se dan cuenta que sus hijos entran al jardín sabiendo tanto como los otros”, señaló. En seis provincias Se puede decir que el programa tiene sello de garantía. Según recordó Goldvaser, nació en 1960 en Israel para tratar de integrar al sistema educativo a los niños inmigrantes. “A lo largo de los años, este programa fue tomado como política de estado y modelo de aprendizaje en Nueva Zelanda, Estados Unidos y varios países europeos. En Argentina, lo empezamos a implementar con los afiliados a la Amia y desde hace ocho años, tras un convenio con el gobierno de Buenos Aires, en varios distritos de esa provincia. Ahora, tras un convenio con el Ministerio de Desarrollo de la Nación, estamos implementando el programa en forma piloto en seis provincias del país: Corrientes, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Chaco y Misiones”, detalló y no descartó llevar el proyecto a otras provincias si cuentan con el apoyo del Gobierno nacional.
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