Señora Directora: Muchos estamos cansados por los dichos de oscuros opinólogos, por distintos medios, con razonamientos falsos, peyorativos e inconducentes.- “Por las pocas horas que trabajan, ganan bien” (¿cuántas horas por jornada debe cumplir un docente por cargo? ¿Quién lo dispone?: la ley.- “El sueldo de los docentes está equiparado con la canasta básica alimentaria” (conclusión: el docente debe trabajar por la comida).- “Deben reducir el ‘ausentismo’ para volcar ese dinero a salarios” (¿alguien oyó del Reglamento de Licencias, quién las otorga y quién las controla?).- “Los directores no pueden hacer paros” (¿alguien oyó sobre un derecho constitucional a huelga o de un régimen de relevo de funciones?).- “No habrá paritaria nacional” (según la ley debe ser convocada por el gobierno nacional. ¿Se derogó? ¿Qué instrumento legal la deja de lado?).Además, intentar responsabilizar a los docentes de la calidad educativa es un agravio gratuito, desconsiderado y perverso hacia los maestros.Este germen maligno en la cúpula de la Educación (por error u omisión) nace y está enquistado en todo el sistema. Sí, el docente se ajusta a un programa anual de tareas, temas y actividades dispuesto por la superioridad. ¿Quién observa esas actividades? ¿Si se omiten, cómo lo califican? ¿La Supervisión cuando llega a las escuelas, una o dos veces por año, deja en el libro respectivo el informe reglamentario? Debiendo los directores enviar en forma urgente tres copias de un mismo tenor y a un solo efecto. ¿Quién recibe esos informes? ¿Se levan al Consejo General de Educación (CGE), al Sr. Ministro? ¿Qué resuelve? Nada, porque el mal se mantiene incólume hace años.Culpar a los docentes, culpar a los niños por “caer” a la escuela pública son pensamientos de seres con poca calidad de gente. Cuando la política (partidista) ingresa a la Educación: “Omanó la cosecha”.Y si no es así, ¿cómo se entiende la designación de docentes sin título? ¿Cómo se titularizarían a cinco mil docentes, sin concurso? ¿Cómo se descuentan días “no trabajados”? ¡A mansalva!Otro: la composición salarial docente (grilla), “más carbón que almidón”. El impuesto a las ganancias (ahora a los ingresos). Resulta que el aporte mensual y por cargo de un trabajador, que es ahorro personal de su vida “activa” con el objeto de obtener una jubilación medianamente digna, por decisión de algunos “iluminados” no es más aporte jubilatorio. ¡Es negocio!, por lo tanto deberá pagar un impuesto. Negocio fue para el Estado disponer de mis aportes personales discrecionalmente, sin pagar interés.Perdón y disculpas por distraerlos con una humilde opinión, pero vuelvan a las aulas, reclamen desde adentro por la Ley de Educación, por el Estatuto del Docente. Hasta que se haga presente alguien con autoridad (demostrada y demostrable) y rubrique medidas o soluciones. No desperdiciar ni un instante más, la calidez y la sonrisa de sus niños son caricias para el alma.Un fuerte y cálido abrazo de solidaridad.
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