Señora Directora: La evolución humana pareciera que se transformó en una involución, por todos los hechos que vienen sucediendo últimamente y que no tienen explicación ni justificación razonable. Repetimos errores por costumbre, más que por equivocación y eso debería evitarse realizando las correcciones pertinentes. Hace años que, cada vez que llueve copiosamente durante varias horas y el cauce de los arroyos aumenta su caudal produciendo inundaciones importantes, las crónicas periodísticas repiten la misma noticia o información ya conocida. Lo lamentable que se sigue permitiendo que, tanto viviendas precarias así como edificios públicos sigan sufriendo los efectos de las aguas que crecen y corren turbias, produciendo daños que pueden evitarse si se toman las medidas correspondientes.Por otro lado y en el ámbito judicial, seguimos conociendo casos en los que “violadores reincidentes” son liberados, cuando está debidamente probado que una vez en libertad volverán a repetir su actitud enfermiza inexorablemente, pero nadie se anima a ponerle fin a este triste suceso que atenta contra la integridad física y psíquica de las personas atacadas, sea cual fuere su identidad sexual.En el mismo ámbito judicial están los casos de privación de la libertad del individuo sin las “pruebas fehacientes” a determinado plazo establecido jurídicamente.Ahora bien, ¿quién repara el daño causado a quien estuvo privado de su libertad injustamente? ¿Eso se arregla con dinero, con una indemnización de larga espera? Pocas personas se detienen a pensar y analizar que perder el derecho de ser libres, de estar en libertad, es lo que le sigue al derecho a la vida, sencillamente porque (por ejemplo) se puede ser necesitado y no cubrir las necesidades mínimas, pero estando en libertad todo lo necesario está al alcance trabajando, buscando honestamente y por el camino correcto, cada cosa de necesidad básica.Obviamente que hay otros errores evitables que se suman a los comentados en la presente.Igualmente, hemos logrado con sufrimientos el retorno de la democracia, cuyos instrumentos legales pueden permitir cambios favorables y que nos beneficien para lograr una mejor convivencia y bienestar personal, sin temor a las medidas necesarias que se deben aplicar, porque no podemos negar que en cierta manera “somos hijos del rigor” y si se cumple lo establecido por la Constitución Nacional de que “somos todos iguales ante la ley”, entonces nadie podrá quejarse.Quizás esto suene a “utopía”, pero todo aquel que quiera vivir en paz, con orden y justicia en defensa de nuestra patria, aceptará las condiciones democráticas harto conocidas.
Discussion about this post