El Sindicato de Luz y Fuerza inició ayer al mediodía una medida de fuerza consistente en<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/243946/luz-y-fuerza-inicio-quite-de-colaboracion-.html"> “quite de colaboración” y “estricto trabajo a reglamento”</a> para presionar a las autoridades de Emsa a incorporar a 27 empleados que estuvieron contratados algunos meses pero no se le renovó.La Comisión Directiva encabezada por el eterno Julio Héctor “Cachilo” Rodríguez informó que “el motivo de la medida adoptada obedece al despido de trabajadores que han ingresado por la bolsa de trabajo del gremio” y agrega que “la incorporación de los mismos era sumamente necesaria a efectos de optimizar la prestación del servicio eléctrico”.“En caso de no obtener una respuesta satisfactoria en el plazo de 48 horas de recibida la presente se adoptarán las medidas de acción gremial que estimemos necesarias”, amenazó el gremio, que venía teniendo buena relación con el presidente de Emsa, Sergio Ferreyra, siempre que éste le concedía todos los pedidos y cedía a todas las presiones.Emsa y Luz y Fuerza acordaron esas contrataciones desobedeciendo la auditoría realizada en la empresa el año pasado, donde se prohibió el ingreso de nuevo personal, sumado a ello el decreto de contención de gasto del gobernador Hugo Passalacqua que rige desde principio de 2017 y por el cual también se prohibió a los organismos del Estado incorporar personal.Pese a que estaban impedidos, igual avanzaron en las contrataciones y cuando la información llegó al Gobernador, éste habría ordenado no autorizar los nombramientos.Dos altos funcionarios de la empresa consultados por PRIMERA EDICIÓN desmintieron que las incorporaciones sean imprescindibles ya que la empresa cuenta con numeroso personal técnico capacitado para realizar las tareas que el gremio esgrime. La empresa tiene casi dos mil empleados en planta permanente y tendría más de 500 contratados, un número muy superior al necesario, según datos que habría arrojado la auditoría. Esta superpoblación de personal es uno de los motivos centrales del déficit que acarrea, sumado al convenio colectivo de Luz y Fuerza que establece beneficios millonarios para los agremiados, que vuelven a la empresa prácticamente inviable.El gremio utiliza el argumento de los despidos para presionar por estas incorporaciones pero tanto sus dirigentes como las autoridades de la prestataria estaban al tanto de que la auditoría recomendaba no contratar más personal y también el decreto del Poder Ejecutivo prohibiendo nuevas designaciones.Los trabajadores no estaban en planta permanente, solamente estaban contratados y no se les renovó el contrato. La intención de Ferreyra era incorporarlos a la empresa, pero la orden del Gobernador fue tajante: no más personal.
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