Según el relato de misioneros a PRIMERA EDICIÓN que esperaban viajar en el aeropuerto Libertador San Martín, "lo único que nos dieron fueron problemas y mentiras". Todo comenzó cerca del horario de despegue, con la caída del sistema que utiliza Aerolineas Argentinas en una oficina centralizada que maneja los planes de vuelos de todo el país. "Estando en el pre-embarque, nos dijeron que cayó un software donde se vuelcan todos los datos: desde la carga de combustible hasta la lista de pasajeros para habilitar el vuelo. El tiempo de espera sería de 45 minutos, se iba a solucionar y podríamos volar", relató uno de los ofuscados clientes. Y así fue: cumplido el plazo, volvieron a ser convocados a formar la fila para el embarque con el avión esperando afuera. Sin embargo, 30 minutos después, les avisaron de que "se venció el horario de trabajo de las azafatas que estaban desde las cuatro de la madrugada volando, por lo cual se cancelaba el vuelo". Alrededor de las 18, escucharon despegar al avión, que volvió solo a Buenos Aires sin los pasajeros.Sorprendidos, regresaron a la oficina de la planta baja a preguntar qué pasaba con ellos: "La verdad, no sabemos qué hacer con ustedes…", fue la respuesta relatada por los protagonistas de una tarde para el olvido. Para intentar calmar los ánimos, los invitaron a una merienda en el bar del primer piso. Sin embargo, no los atendieron por "cortesía de Aerolineas Argentinas por no contar con vouchers de la empresa". Con todo lo sucedido, les habrían ofrecido viajar en ómnibus luego de haber pagado mucho más caro por un boleto en avión y sin tener en cuenta la diferencia de horarios a bordo de uno y otro servicio. Todo mal. Una vergonzosa odisea para poder volar desde Posadas a Buenos Aires.
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