Luego de que el “yerbatazo” de los productores misioneros en Buenos Aires, y la protesta frente a la sede del Inym, lograran hacer visible al país la inequidad en la distribución del ingreso al interior de la cadena yerbatera, el debate sobre la problemática del producto madre misionero parece haber ingresado en una nueva etapa. En el acuerdo que se pactó bajo la presión del acampe de los colonos se fijaron algunas pautas y el Gobierno provincial se comprometió a invertir recursos propios para hacer efectivos los cheques diferidos que reciben los colonos por la materia prima, iniciativas que generaron expectativas entre los productores. Las medidas concretas tal vez no se explicitaron en demasía, y quedaría mucho por analizar, por ejemplo la aplicación de cupos de cosecha para evitar la sobre oferta, una alternativa que se aplicó en el pasado, y que no parece de fácil aplicación en el contexto actual; como también en la forma de garantizar el control de las compras de materia prima. La fiscalización del pago del precio acordado en cada cosecha, un avance sin dudas luego de años de tolerancia ante las irregularidades que se generan en el momento de la compra de hoja verde es una cuestión, fundamentalmente, de voluntad política. En la realidad, sin embargo, habría sido deseable que las correcciones en la definición y el cumplimiento de precios se hubieran aplicado de inmediato; algo imposible hoy porque en medio de los reclamos y protestas, el Instituto ya envió la actuaciones para un nuevo laudo nacional. Igualmente, parecería que hay disposición para avanzar con las medidas posibles para corregir distorsiones históricas. Una de ellas es reconocido ardid de las elaboradoras de incrementar el contenido de palo, para bajar el de yerba verde; consuetudinario en el sector y que podría tener una solución técnica. El martes próximo, el Inym participaría de una reunión plenaria de la Comisión Nacional de Alimentos, en la que, a pedido del Instituto; se analizará una nueva, y más precisa, forma de medir la cantidad de palo, desarrollado por ingenieros de la Unam. Por primera vez, se haría respetar el máximo de 35 por ciento de palo en cada paquete.
Discussion about this post