Una de las grandes falencias que muestra el centro de la Capital Nacional de la Madera son las veredas. En gran parte están destrozadas y en otras partes directamente no hay. Sin embargo el debate en el Concejo Deliberante se centra únicamente en la utilización del espacio público por parte de los frentistas y comerciantes y no en los faltantes.En la exposición del concejal renovador Víctor Núñez, se da lectura de la ordenanza que reglamenta la actividad de bromatología y zoonosis que regula la actividad comercial y la utilización de las veredas. La ordenanza 22/2003 que regula la actividad de la Dirección de Bromatología y Zoonosis de la Municipalidad de San Vicente estipula un orden para la utilización de veredas por parte de los frentistas.Núñez explicó que la exposición de mercaderías por parte de los comercios, principalmente en las avenidas y calles céntricas, obstaculiza el tránsito de peatones. “Se ve obstaculizado el tránsito de los peatones por las veredas ya sea por encontrarse con productos en exposición sobre estantes o mallas metálicas en algunas oportunidades bancos o sillas en los lugares que sirven comidas. Esto obliga muchas veces a que los peatones tengan que bajar a la calle para caminar, con todo el riesgo que eso implica”.La ordenanza 22/2003, en su artículo 217 donde se regula la utilización del espacio público, establece que “está prohibido y es plausible de sanción depositar en las calzadas y veredas materiales de construcción y máquinas o vehículos y otros materiales que obstaculice el tránsito y afecte el tránsito del peatón. Colocar frente de los comercios, fuera de la línea de edificación con fines de exhibición y/o ventas de mercaderías como también afectar instalaciones”. En otro artículo, el 227, dice que “otro no podrá utilizar las veredas en un espacio del que le corresponda. En el caso de mesas y sillas no podrán utilizar más de un tercio del espacio para no obstaculizar el tránsito de peatones”.Con estos elementos como argumento, “pido con esta comunicación, solicitar al Ejecutivo que aplique la ordenanza ya vigente de bromatología y favorecer el tránsito en las veredas. Esto pasa en las avenidas y también en las calles aledañas”, planteó Núñez.Está en estudio de una comisión del Concejo Deliberante un proyecto del uso indebido de la vía pública que presentó la edil renovadora Norma Méndez. Sin embargo, en la mayor parte del centro de San Vicente las veredas están rotas o en algunos casos no fueron construidas. Son el blanco de las quejas de los peatones y de las personas que utilizan silla de ruedas. Estos deben desplazarse por la cinta asfáltica sorteando a los automóviles estacionados o que se desplazan.El Municipio, durante las últimas dos décadas, implementó distintos programas de construcción de veredas. Sin embargo los resultados no fueron suficientes para hacer de las calles y avenidas céntricas un lugar cómodo para caminar.
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