Como en cada cambio de estación, es momento de redoblar la atención hacia nuestra salud, no sólo de parte de las autoridades sino también de nosotros mismos, ya que estas transiciones climáticas suelen ser un caldo de cultivo para el aumento de enfermedades.Por ejemplo, la llegada del otoño viene acompañada por descenso de las temperaturas, el aumento de la humedad y la falta de ventilación en los espacios cerrados, que son algunos de los principales factores de aparición de alergias “indoor”, generadas puertas adentro de las casas, escuelas, jardines de infantes y guarderías.Según los especialistas, más de la mitad de los niños con alergias desmejoran con la llegada del otoño, siendo los cuadros más comunes el asma y la rinitis alérgica, que se tornan más severos.La calefacción de los espacios cerrados y la falta de ventilación constituyen el ambiente perfecto para la proliferación de hongos y ácaros del polvo, por ejemplo.Por eso, recomiendan prestar especial atención a alfombras, colchones, sábanas, almohadas, cortinas, peluches y ropa húmeda.“La polución indoor es una creciente preocupación puesto que las personas pasan casi el 90% de su tiempo en estos espacios”, advierten. Las principales causas de polución en espacios internos incluyen estufas a gas o querosene, el humo de cigarrillos, algunos productos de limpieza que aumentan la sensibilidad alérgica.Todo ello, sin olvidar que en otoño también suelen repuntar las enfermedades virales derivadas del paulatino descenso de temperaturas.Ante este contexto, es hora de tomar precauciones al respecto, sobre todo cuando hay chicos en casa y más aún si padecen de algún tipo de alergia. Como suele decirse en estos casos, más vale prevenir que curar. Y en este caso, la prevención empieza por nosotros mismos, tomando todos los recaudos a nuestro alcance. Después será el turno de las autoridades y del sistema de salud generar la red de contención necesaria para evitar males mayores.
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