El arzobispo mayor de los ucranios, Sviatoslav Shevchuk realizó una extensa visita a Misiones para “asistir y dar un mensaje de la unidad”, a meses de cumplirse los 120 años de la llegada de los primeros colonos de la colectividad a la ciudad de Apóstoles. El miércoles, apenas pisó la tierra colorada, se abocó a los múltiples compromisos que se sucedieron hasta el domingo. En ese marco, concedió una entrevista a PRIMERA EDICIÓN en la que no pudo evitar referirse a la cruenta guerra que castiga a su país natal y a ponderar la figura del papa Francisco I porque fue “el único” que rompió el silencio sobre el conflicto bélico. También hizo referencia a la desinformación que existe sobre el tema en el resto del mundo y en Argentina en particular. Recordó que desde hace tres años “vivimos una directa agresión de la Federación Rusa”, lo que hace que el 7% del territorio ucraniano permanezca ocupado y más de dos millones de personas fueran desplazadas, perdiendo su tierra, vivienda, trabajo. Cuando fue elegido, el 22 de marzo de 2011, Shevchuk no imaginó dirigir a su iglesia en esta situación. “En ese momento no podíamos imaginar que un país vecino iba a invadirnos. No éramos una amenaza, por eso cuando el 18 de marzo de 2014, Rusia invadió y anexó Crimea, no hubo un solo disparo porque no nos preparábamos para una guerra y no teníamos un ejército para defendernos. Se vivió una Revolución de la Dignidad, reafirmando su identidad europea. Aprovechándose de esa debilidad económica, social, política, sufrimos esta invasión. Pensábamos que todavía existe el derecho internacional, que existía un deber de cumplir los acuerdos internacionales, pero esta guerra demostró lo frágil que es el mundo de hoy. No se respetan los acuerdos, no se aplica la fuerza de la ley sino la ley de la fuerza”, lamentó. Sobre la resolución del conflicto a corto plazo, sostuvo que “soy creyente, y eso me da esperanza. Obviamente es un período de dolor muy fuerte pero despertó las fuerzas interiores de nuestra nación que jamás vimos en la historia, por ejemplo, una solidaridad increíble. Resulta interesante que la parte rusificada de Ucrania no apoye al invasor y que la tercera parte de los soldados que mueren por una Ucrania libre, hablen ruso. Conseguimos conservar la paz religiosa. Somos un país interreligioso donde los católicos bizantinos sumamos el 10% de la población. También hay protestantes, musulmanes, judíos, pero gracias a Dios nuestro enemigo no pudo incentivar una guerra religiosa. Oímos decir que hay una guerra entre aquellos que hablan ucraniano y quienes hablan ruso, entre católicos y ortodoxos, pero no es verdad. La nación está unida como jamás lo estuvo en la historia moderna. La solidaridad se demuestra como un ecumenismo en práctica. Quedó plasmado sobre todo en los primeros meses de guerra cuando la población hizo lo posible para equipar a los soldados, comprar ropas, calzados. Eso fue algo increíble”, celebró el arzobispo mayor, en su segunda visita a Misiones tras asumir el cargo.Hizo referencia a los territorios ocupados como Crimea, donde existen cinco parroquias, y Donbass, donde hay once, que necesitan la presencia de los sacerdotes y obispos. Dijo que en este último lugar, los sacerdotes viven en constante peligro de muerte porque hay un enfrentamiento militar cotidiano. “La situación es muy precaria, se sufre hambre, y muchas veces ellos son los únicos puentes para conseguir alimentos, medicina, porque la población está presa de estas fuerzas armadas que invadieron la zona”. Si bien en Crimea no hay una acción militar abierta, existe una presión para expulsar a los civiles porque Rusia transformó la zona en una fuerte base militar. “Nuestros sacerdotes, en estas circunstancias, cumplen el servicio pastoral de modo extraordinario. Y nuestro deber es acompañar a nuestra gente. Nuestra iglesia tiene la obligación pastoral de estar presente allí donde están los feligreses”.Período de transformaciónAseguró que Ucrania mira a Europa y que “no hay marcha atrás” porque esta guerra hizo que se cortara el cordón que los unía a Rusia por años.Explicó que el país vecino utilizaba la economía como un arma política para subyugar a Ucrania y que desde que comenzó la invasión no se compra más gas ruso. “Antes del conflicto el 70% del mercado ucraniano era orientado hacia la Federación Rusa. Cuando cerraron el mercado ruso tuvieron que reorientarse. Entonces están viviendo un período de transformación interesantísimo. Esta guerra nos está empujando siempre más hacia el continente europeo”, acotó. Admitió que “tenemos un proyecto nacional de construir el país europeo. Esto es claro para todos. Pienso que en el futuro ningún partido político que no se comprometa a cumplir con este proyecto nacional de construir un país europeo según los Criterios de Copenhague va a acceder al poder. También es verdad que la corrupción es un problema muy difícil que destruye al país. Por decenios, la economía rusa provocó la corrupción en Ucrania porque compraban gas/petróleo y hacían vender a la población el mismo producto con el precio más alto. Esa fue una fuente de corrupción inmensa”. Sostuvo que para adecuarse al campo jurídico de Europa “tenemos que, ante todo, sanar esta enfermedad. Y las iglesias entendemos que la corrupción no solo es un problema jurídico, legal o criminal, sino que es un problema moral. El año pasado nuestra iglesia inició un programa pastoral contra la corrupción. Pero hay que decir la verdad. En esos tres años de la guerra, se supo hacer más reformas que en 25 años de independencia. Hay buenas noticias para Ucrania pero necesitamos el apoyo de la comunidad internacional”. Confió que la guerra de hoy, llamada híbrida, se lleva adelante “no solo con armas sino con la economía, la desinformación. Y veo como Argentina está infectada por esa desinformación. Mucha gente siquiera sabe que hay una guerra en Europa que provocó una crisis humanitaria, quizás la más grande después de la Segunda Guerra Mundial. La propaganda rusa infiltró los medios de comunicación en Argentina. Hay un silencio omisivo. Cuando Europa y Estados Unidos impusieron sanciones contra Rusia, Argentina quiere aprovecharse del momento y abre mercados. Si la vida humana se calcula como una merced más barata, como la economía, tenemos una raíz para una Tercera Guerra Mundial”.Sobre si la elección del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, modifica en algo la cuestión confesó que “todavía no sabemos. No teníamos demasiadas expectativas. Hace tres años entendimos que nadie nos va a defender si no lo hacemos nosotros mismos. Es importante la paz en el mundo entero. Es importante no romper este equilibrio tan frágil, y ser responsables por la paz del planeta. Vivimos en un mu
ndo globalizado y si se crea un conflicto o tensión en una parte, enseguida afecta al resto. Lo que vivimos en Ucrania es algo que toca no solo a los ucranianos. El conflicto es en Ucrania pero no es una guerra ucraniana. Para nosotros es importante que también el nuevo presidente de los Estados Unidos tome conciencia de la responsabilidad que tiene su país para custodiar la paz en el mundo entero”.El rol protagónico de FranciscoAseguró que el Papa Francisco I, a quien conoció cuando el sumo pontífice era Arzobispo de Buenos Aires, es el único que rompió el silencio sobre la guerra en Ucrania. El año pasado, después de su encuentro con el Patriarca Kirill (Iglesia Ortodoxa Rusa), “nos dio una plataforma para informar al mundo”. De ese modo, cuando Shevchuk visita los distintos países, las más altas autoridades y periodistas quieren escuchar la realidad sobre lo que sucede en Ucrania. Contó que el año pasado Su Santidad anunció una colecta en todas las parroquias católicas de Europa para ayudar a asistir a las víctimas de la guerra y que en poco tiempo los obispos y sacerdotes pidieron información concreta sobre los sucesos “porque para hacer una colecta hay que explicar a la gente a qué será destinado el dinero. Ese fue el modo de comunicar la verdad sobre la guerra en Ucrania a nivel parroquial en toda Europa. Se juntaron 16 millones de euros. El mismo Papa donó cinco millones de su bolsillo. Su ejemplo, su autoridad moral, universal, y este llamado hizo despertar las conciencias. No recuerdo que exista en el mundo otro líder religioso que haya hecho algo parecido por Ucrania”. Si bien se vive una guerra sangrienta, gracias al Papa y a la solidaridad católica mundial “la verdad comienza a difundirse en el mundo”.Vínculo de unidadPara Shevchuk, que entre otras actividades, vino a ordenar a un nuevo sacerdote, la colectividad de la provincia “no solo festeja la gloria del pasado sino que es una comunidad viviente, que se desarrolla, que tiene vida, que busca sus raíces, conservando su identidad”. Y su anhelo es que la iglesia de Misiones crezca con todo su potencial, que aun puede revelarse. “Una parte de mi misión como cabeza de la iglesia, es ser vínculo de unidad. Visito mucho las comunidades porque es verdad que el origen, las raíces, se deben construir en Ucrania pero este árbol crece en todo el mundo. Tenemos estructura en Canadá, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Australia, Europa occidental, y hay nuevos inmigrantes ucranianos en Japón, China, países del Golfo Pérsico, estamos descubriéndolos en África, y esta gente necesita tener el contacto con su iglesia madre, piden sacerdotes. Somos una iglesia global, que reza en distintos idiomas, que se integra a las distintas culturas y países, pero mantiene su identidad y su unidad”, explicó. Sostuvo que hay cosas que son comunes a los feligreses de todo el mundo pero que hay también particularidades locales. En el Sínodo de Obispos Ucranianos que en 2011 se concretó en Brasil, se adoptó una estrategia de desarrollo de la iglesia católica ucraniana hasta el año 2020, denominada: “La parroquia viviente como el lugar de encuentro con Cristo viviente”. Tanto en Ucrania como en la diáspora “tenemos distintas parroquias, pequeñas, grandes, las que nacen, las que mueren, las que rezan en inglés, en castellano, en paleoeslavo, pero es importante que nuestras parroquias no sean un museo que conserva la memoria del pasado sino una comunidad de encuentro con Cristo viviente que es el fundamento de la identidad cristiana y también con el hermano. La parroquia chica o grande, es importante que sea auténtica. Y lo será cuando cumpla su misión primaria que es ayudar a la gente a tener una experiencia personal con Dios, de Cristo viviente, presente entre nosotros”, aseveró el pastor de esta iglesia que tiene una historia milenaria, y que cree que los líderes religiosos “tienen que ser muy dinámicos porque vivimos en un mundo muy dinámico”.Visita esperadaSi el sucesor de San Pedro viaja a Ucrania la guerra se termina. Si bien no hay una fecha programada, esa es una creencia que se instaló en Ucrania y no solo en medio de los católicos. “Hablé con el Papa a fines de noviembre del año pasado y le dije que los ucranianos de distintas confesiones creen que si usted pisa su tierra, la guerra llegará a su fin. Porque nadie más es capaz de poner fin a esta violencia. Él me miró y dijo: me voy a rezar”, rememoró el prelado. Con Francisco también supo compartir su gusto por el mate. “Me invitó uno que tenía en su escritorio y me mostró un ícono que le regalé cuando vine a despedirme de él como Arzobispo de Buenos Aires. Lo tiene en el Vaticano y me confió que cada día, rezando, mirá esa imagen y se recuerda de Ucrania”, manifestó Shevchuk, que se considera “un gran tomador de mate y hago propaganda para la industria misionera. Convido a obispos y sacerdotes. Les gusta pero tengo que donar el equipo, y después piden procurar la yerba”.
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