Muchas veces me canso y me siento desesperanzada, pero entonces vuelvo al comedor de mi casa y siento una red de protección brutal esa red de complicidad y cariño que me da la vida. Y todo eso conforma el terreno de la esperanza. Algo tan antiguo como amar.Entonces, trato de pensar que donde hay odio, también hay gente que quiere; donde hay gente que destruye; hay gente que construye; donde hay gente que se muere por lo material, hay gente que apuesta por lo espiritual.Y que una mujer, globalmente, tiene mucho de eso para aportar.Amamos más, no tenga ninguna duda. Tal vez ellos amen con más locura, pero nosotras amamos más y por más tiempo, con mas generosidad. Y toda esa generosidad de la mujer que por siglos, parecía que caía en un pozo sin fondo, está ahí y es una energía positiva para el mundo.Ellos han demostrado que no lo hicieron bien, y ahora nos toca a nosotras. Este siglo nos toca y la conquista del siglo XXI es cambiar el relato.Hay que hacer un relato distinto, que tenga como centro, ya no el poder ni la guerra ni el imperio ni la testosterona, sino las emociones, los sentimientos y la vida. La vida como centralidad.La discriminación positiva tiene sus detractores y defensores, y me atrevo a decir que no es perfecta ni malvada. Hay argumentos raciales, pero yo me apunto a los argumentos a favor, les diré por qué.Si no hubiera sido por la discriminación positiva, un afroamericano no habría sido presidente de los Estados Unidos ¿Por qué? Porque las mujeres hemos alcanzado en el mundo, cuantos gobiernos, en el continente mundial.La sabiduría femenina tiene que ver con el instinto de protección algo que puede ser muy potente en la política, más prosaica y menos poética.HaikuLas madres nunca muerenLas flores sonríen….ColaboraAurora Bitó[email protected]
Discussion about this post