Este martes, con una jornada de capacitación destinada a alumnos, padres y a la comunidad en general, quedó inaugurado el horno para secado de hortalizas que, de ahora en adelante, será parte de la geografía de la Escuela 290 de esta localidad. Allí, se espera motivar y enseñar a los alumnos a cultivar, para que el día de mañana quedarse en la colonia sea la primera opción.“Empezamos con la huerta escolar con los chicos del nivel primario”, indicó el docente de la Escuela 290, José Kirilinko, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Él es uno de los encargados del proyecto que llevó el horno a la institución. “Vimos la necesidad porque se tenían los elementos pero los chicos no sabían cultivar frutas y verduras teniendo tierras como para hacerlo. Así fue que empezamos con la huerta escolar”, agregó.Una vez que la huerta estuvo instalada en la dinámica de la institución, el profe Kirilinko se dio cuenta que “teníamos que salir de las cuatro paredes y ampliar esa educación que le estábamos brindando a los chicos y llevarla a las familias. Entonces empezamos a trabajar con los chicos en la escuela y con las familias en sus casas en la confección de una huerta asesorándolos y haciendo contactos para que puedan cultivar y así salir adelante, además de que puedan aprender a tener una alimentación sana”.Fue así que la actividad salió de la escuela y llegó a las casas de los chicos “con gran éxito”, aunque en un primer momento “costó que los padres y las familias de la comunidad de la Sección VII, a la que pertenece la 290, empiecen con sus huertas”, reconoció Kirilinko. “Costó porque muchas veces con los chicos es más fácil inculcar el conocimiento pero con las personas mayores por ahí cuesta. Pero de a poquito lo fuimos logrando y hoy la mayoría de las familias cuentan con sus huertas y están produciendo”.Entonces surgió la necesidad de ir más allá. Así fue que Kirilinko se unió al profesor Jorge Drachenberg, de la UGL 3110, una secundaria rural itinerante que funciona en el edificio de la 290, y “se hizo un proyecto que se elevó al Ministerio de Educación de la Provincia para conseguir fondos para poder construir el horno deshidratador”. El proyecto tuvo el visto bueno y el horno llegó a la escuela. El miércoles, la capacitación estuvo en manos de gente del Inta y Agricultura Familiar de la Provincia. De ahí en más, a disposición de la escuela y la población en general. De la escuela, para la comunidadEl horno se encuentra en la 290, pero estará disponible para todos los que necesiten de sus servicios. “Este horno va a prestar un servicio a la comunidad, los productores que quieran producir y venir a secar y envasar su producto lo van a poder hacer”, indicó Kirilinko.Además, el proyecto ahora buscará extenderse a los alumnos y familias de la secundaria porque, hasta el momento, solo los chicos de primaria estaban empapados en el tema. Pero “todas las familias de la comunidad que quieran producir y utilizar el horno podrán hacerlo”, remarcó. El cómo todavía no está definido, porque “debe haber una organización previa. Ya estamos en contacto con la gente de Agricultura Familiar y del Inta como para que nos asesoren, acompañen y a las familias también. Este fue el primer paso que dimos como para que la gente conozca y se capacite”.Para que se queden“Los chicos se prendieron con la iniciativa, es algo que a ellos les interesa y cuando empiezan a consumir lo que ellos producen se ponen muy contentos y entusiasmados”, aseguró Kirilinko.En la Escuela 290 todos los cursos trabajan en la huerta, desde primero a séptimo grado. “Los chicos están aprendiendo a cultivar todo lo que sea frutas y verduras y también estamos trabajando en otras alternativas para que también vayan aprendiendo y que el día de mañana, ojalá Dios quiera, se queden en la colonia. Lamentablemente hoy vemos como la gente y los chicos se van a los pueblos y a las ciudades y van dejando la chacra. Por eso es que tenemos que buscar otras alternativas para que ellos se queden en la colonia”, finalizó el docente.
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