Se dice que el tren pasa una sola vez y que, si no estamos atentos, la oportunidad no se repite. Pero ¿qué futuro predice esa manera de contarnos la vida? Si hemos “perdido el tren”. Nunca más alcanzaremos esa oportunidad que aguardábamos? Y es que solo podemos esperar o nos olvidamos que está en nosotros generar las condiciones que necesitamos para concretar nuestras metas? Y algo más…¿quién maneja el tren de nuestras posibilidades?Y si ese tren pasara más de una vez?…Y si nosotros nos animáramos a manejarlo?Somos la historia que nos contamos, en ella duermen todos los sueños y se despliegan todos los miedos. Con ella abrimos o cerramos todas las puertas de nuestras posibilidades. Lo que nos decimos es para nosotros. Pongamos atención a lo que hablamos. Escuchémonos con detenimiento. Cuando nos contamos que “ya fue”, que estamos demasiado grandes, que seguramente es poco probable lo que pensamos, que dado que somos quienes somos, lo que anhelamos no es para nosotros. ¿Cuál es el margen que nos damos para que algo distinto y mejor nos suceda?En ocasiones, lo que interpretamos como imposibilidades se convierte en la excusa que nos permite conservar nuestras zonas de confort. Quien no toma el riesgo de transitar la incertidumbre, de cuestionar sus justificaciones, de desafiar sus límites, seguramente habitará un espacio interno de frustración y falta de esperanza. Necesitamos el impulso de un acto de fe en nosotros, apostar a que lo imposible es sólo un juicio, una explicación tranquilizante que nos deja fuera de la estación donde el tren pasa una y otra y otra vez. Animarse a tomarlo es comprar el pasaje que nos lleve al desconocido terreno de la posibilidad. Si nos atrevemos todo puede ser posible, de una manera distinta, tal vez, de aquella que lleve nuestra propia impronta y nos impulse definitivamente a confiar en nuestras fuerzas…Vamos, que podemos!!!!!ColaboraMaría Rita NahúmMaster [email protected] 154644187
Discussion about this post