En el bario Terrazas de Itaembé Miní, uno de los lugares que concentra a las mujeres es el Polideportivo donde las mamás se dan cita para lo que llaman: “Mi hora Feliz” haciendo Zumba. Es el grupo donde Laura se completa como mujer y es donde descansa de ser ama de casa, mamá, esposa y abuela. Un día, hace unos tres años le dijo a su esposo: “Yo me quiero comprar una máquina” y así lo hizo. La determinación hizo que ese deseo se concrete. Si bien actualmente Laura no le dedica todo el tiempo a su emprendimiento, sí va creciendo en conocimientos y también en maquinarias. Durante el día es la encargada de cuidar de sus nietos, aunque confiesa que “si me hacen algún pedido y me comprometo a terminarlo lo hago aunque me cueste todo. Soy muy responsable, pero sí que tengo muchos otros trabajos esperando y me gustaría poder tener un stock para volver a las ferias. Todo eso se me complica por ahora así que mientras tanto me encanta hacer la blanquería para niños, los bolsos de zumba. Ahora con la bordadora puedo hacer muchos trabajos personalizados y son los que más me piden, para el jardincito y para regalar, como las toallas, batas y almohadones”. Todo comenzó con la compra de la máquina de coser, “antes yo no enhebraba ni una aguja, y sin embargo mi mamá y mi abuela cosen, son modistas. Tuve que aprender a usar la máquina pero preguntando, pidiéndole a mi mamá, es legado de mi madre. Mi abuela ya tejía al crochet de manera impecable, y antes aprendían solas, y mi mamá también sin tener estudios ni nada es una modista impecable. Es mi herencia porque a mí me encanta estaría todo el tiempo en la máquina, tengo miles de proyectos cortados pero necesito tiempo y un lugar especial porque ahora por ejemplo tengo que esconder las tijeras porque mi nietita está tentada y hasta se cortó ¡el pelo!”, confiesa Laura entre risas. La verdad es que para la emprendedora de lo que decidió llamar “Un Sueño Rosa”, asegura que “es un arte sano, muy lindo. Me relaja cuando tengo mi entorno está muy alborotado. Con la máquina bordadora estoy entusiasmada, y ya quiero otra para poder tener más cosas preparadas como el ajuar del bebé, las toallitas, almohadas, chichoneras”. Con zumba pasó que Laura se hizo su propio bolso con la toalla y entonces las chicas también querían, así fue haciendo equipos. Laura asegura que “a quienes les gusta coser este es un emprendimiento que ayuda a tener un dinero extra porque siempre se necesita a alguien para cambiar un cierre o regalar cosas útiles”.
Discussion about this post