El martes 21 de marzo se conmemora el Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down, buen momento para analizar cuáles son los avances y las deudas pendientes en relación a la inclusión de estos niños y jóvenes en la sociedad. PRIMERA EDICIÓN charló con la presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Actividades Inclusivas (Asdai), Rosa Billerbeck, quien indicó que en los últimos tiempos hubo muchos avances, pero que todavía hay camino por andar, “tanto en la inclusión educativa desde temprana edad, hasta la laboral para jóvenes y adultos que ya tienen ganas o están en condiciones de trabajar”.Sobre la inclusión educativa, señaló que “hay muchísimas escuelas, estatales sobre todo, que están incursionando en el tema. Sin embargo, muchas incluyen a los chicos con discapacidad pero no tienen un currículum adaptado que sí o sí debe haber. Tiene que estar trabajado y preparado para esa persona que va a ser incluida. Porque o sino estamos hablando de integración: los metemos en el aula, todos juntos, pero sigue estando excluido porque no hay una currícula adaptada para ese niño”. Billerbeck reconoció que “no es tan fácil” el trabajo de adaptar las currículas ya que es “muy difícil armar una para cada discapacidad, pero sí se podría armar una básica adaptada para que después, cada docente, en base al alumno y sus características y las condiciones que reúna para cumplir o lograr cierto objetivo de aprendizaje pueda armar un programa con dicha base estandarizada, siempre trabajando juntos con el grupo” porque “sostenemos que la real inclusión existe cuando hay una currícula adaptada, cuando la institución trabajó sobre ella para que el chico pueda lograr los objetivos educativos de aprendizaje”.Mientras tanto, las maestras integradoras son las que cumplen con esta función en casos particulares. “La integradora facilita y adapta ese programa estandarizado para todo el grupo y lo baja a ese alumno. El soporte de una integradora es fundamental”, indicó. Sin embargo, también surge un contratiempo con las obras sociales, porque no siempre cubren todos los servicios que brinda dicha profesional, pero pese a esta situación “hay mayor inclusión de los chicos con Síndrome de Down en las escuelas”.Un ejemplo de ellos es que todos los chicos que asisten a Asdai “están todos escolarizados y muchos de ellos en escuelas comunes”, aseguró Billerbeck y “los que no, ya han salido del sistema educativo. Estos son números alentadores”.Inclusión laboral y proyectosEn el caso de los jóvenes y adultos que han culminado su trayectoria escolar, comienza la otra situación que requiere de atención: la inclusión laboral de las personas con Síndrome de Down. El artículo 8 de la Ley 22.431 indica que “el Estado nacional, sus organismos descentralizados o autárquicos, los entes públicos no estatales, las empresas del Estado y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, están obligados a ocupar personas discapacitadas que reúnan condiciones de idoneidad para el cargo, en una proporción no inferior al cuatro por ciento (4%) de la totalidad de su personal”. También obliga a las empresas privadas concesionarias de servicios públicos. Pese a la norma, el ingreso de personas con discapacidad al ámbito laboral es casi nulo. “La ley no se cumple, y es porque tampoco existen programas que preparen a personas con discapacidad que tengan ganas, que estén en condiciones de ocupar determinados puestos laborales. Deben armarse programas donde se preparen a esos jóvenes y se permita abrir espacio a las empresas para que se generen vacantes”, consideró Billerbeck.En este sentido, Asdai se encuentra en la elaboración de un proyecto para poder reunir a profesionales interesados en capacitar a los jóvenes y adultos que conforman la asociación para que, más temprano que tarde, puedan ingresar a una institución laboral. “Sería para todos aquellos chicos que tengan condiciones y ganas de trabajar. Por ejemplo, si necesitan a alguien en atención al público, nosotros como asociación lo capacitamos y entonces está preparado para el sector que va a ocupar”, indicó la presidenta de Asdai. Quienes dicten el curso deberían hacerlo ad honorem, como colaboración. “Estamos buscando a gente que quiera colaborar con nosotros y queremos trabajar en conjunto con la empresa que va a contratar”, indicó.La intención es “fomentar la responsabilidad en ellos. En la asociación queremos empezar por ese lado, con talleres de formación laboral para ir de a poco introduciéndolos en la responsabilidad de cumplir ciertos requisitos porque hay muchos jóvenes y adultos con Síndrome de Down que necesitan un ámbito laboral donde puedan recibir un sueldo por la función que cumplan”. Como ejemplo, citó al trabajo que se realizó en el Iplyc, con los chicos cantores. “Una de las niñas está en Asdai y ellos cobran y fueron preparados para salir en vivo”.A futuroLa asociación todavía no empezó de manera formal con las actividades este 2017. Recién lo hará durante el mes de abril, una vez que puedan hacer un recuento de los profesionales que trabajarán este año para así poder crear los talleres. También por eso es que convocan a todo aquel profesional -profesor de guitarra, de baile, de música, solo por citar ejemplos- que quieran colaborar desinteresadamente con la institución, que se acerquen. Además, “queremos hacer eventos afuera, más movidas de concientización, informativas, ir abriendo espacios y que las familias se sientan apoyadas”. 2016 terminó con alrededor de 50 chicos en la asociación, este año la intención es sumar muchos más.
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