Samira Loana Holland Fuentes volvió a escuchar el pasado 10 de febrero. Ese día se realizó la conexión entre la parte externa e interna del implante coclear que le habían colocado el 6 de enero en lo que fue el primer implante coclear de 2017 en el Hospital de Pediatría. Tras ello, debían comenzar las tareas de rehabilitación para que Samira volviera a hablar por lo que la familia, oriunda de la localidad de Dos de Mayo, decidió mudarse a Posadas para asegurar esa posibilidad a la niña de tres años. Entonces, hace exactamente quince días que los padres de Samira, Cindy Fuentes y Darío Holland, armaron las valijas propias y de sus nenas y se vinieron a la capital de la provincia. “Samira necesita rehabilitación con fonoaudióloga tres veces por semana para que pueda estimular su cerebro y aprender a hablar”, explicó su papá Darío en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. Sucede que en Dos de Mayo no había una fonoaudióloga especializada en casos como el de Samira, por lo que debían viajar casi diariamente a Posadas si querían que ella asista a la fonoaudióloga. Como ello era muy cansador para todos, la opción fue la mudanza. Además, el aparato también se debe calibrar, tarea de la que se encarga la fonoaudióloga del Hospital Materno Neonatal, Natalia Zajaczkowski.Hace poco más de un mes que el implante está funcionando. “Ella está bien, entendemos que todo es progresivo, porque le colocaron poco volumen al comienzo y le van subiendo de a poquito. Así podrá empezar a escuchar más sonidos”. Darío señaló que “se nota que ella escucha, todavía poco por el hecho de que no se puede colocar mucho volumen de entrada en el aparato porque sino le va a doler el nervio auditivo y va a querer dejarlo, primero hay que acostumbrarla. Pero el día de mañana seguramente le van a dar un buen nivel de volumen”.Sobre cómo está Samira, su papá aseguró que “perfecta” y que “cuando se le conecta a la computadora se sabe que le pasa información solo que a un nivel muy bajito. Ella por ahí no nota mucha diferencia pero las hay. Eso es así, todavía no da señales, ella estuvo mucho tiempo en silencio, todavía su cerebro no supo reaccionar a los sonidos. Se calcula que dentro de un año va a empezar a hablar ya que el tratamiento va a ser largo, es igual que un bebé recién nacido. Está aprendiendo de cero. Lleva tiempo, pero seguro dentro de unos meses se van a ver más resultados, cuando tenga el implante en un nivel normal se van a ver reacciones de su parte”.Un segundo implante Samira no nació sin escuchar. Llegó a este mundo con todos los sentidos en pleno funcionamiento y hasta llegó a decir algunas palabras, pero a los dos años fue diagnosticada con hipoacusia profunda sensorial bilateral y, tras varios estudios, la única solución era el implante coclear. Ese que llegó el 6 de enero y comenzó su tarea el 10 de febrero.Pero ahora, luego del primero y del largo trabajo en rehabilitación por delante, Darío afirmó que la idea es lograr “el implante para el otro lado”. Samira tiene, en este momento, un implante del lado izquierdo y necesitaría también el del lado derecho. “Ella está dentro de un programa para que se le implanten los dos, pero ahora hay que esperar y luchar por el otro. No sabemos cuándo va a llegar, los papeles están encaminados pero todavía hay que esperar”.Mientras, la atención en el consultorio privado de la fonoaudióloga a la que asiste Samira la deben afrontar de manera privada ya que la familia no cuenta con obra social. Cada sesión vale 600 pesos. “Por el momento es ayuda de la familia. Más adelante voy a ver si pido algún tipo de ayuda desde el Estado, todavía no empezamos a ver esa posibilidad porque nos estamos acomodando”, indicó Darío. Nueva vidaLa familia alquiló una casa en el barrio Independencia de esta localidad. “Recibimos mucha ayuda de nuestros padres para mudarnos, pensamos quedarnos lo que dure el tratamiento que calculamos serán dos o tres años a full”, indicó Darío. Cuando la frecuencia de asistencia a la fonoaudióloga se reduzca solo a una visita semanal, “planeamos volver a Dos de Mayo, allá tenemos casa, chacra y acá venimos a alquilar”, agregó.Sobre el trabajo, el papá de Samira dijo que un conocido le está dando una mano con uno y además, él mantiene su puesto en Dos de Mayo y de hecho debe viajar constantemente a su localidad natal. “Estoy haciendo de todo un poco”, reconoció. A principios de este año, Samira ya estaba anotada en una escuela de Dos de Mayo, pero debido a la mudanza no pudo empezar las clases. Sin embargo, los padres ya se encuentran en la búsqueda de una institución para que empiece como el resto de los chicos. “Ella ya tiene que ir a la escuela porque eso la va a ayudar también”, cerró su papá.
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