No es en vano que Aristóbulo del Valle recibió el título de Capital de los Saltos y Cascadas. Más allá de la vedette de su cartelera turística, este rincón con especial encanto multicolor, encierra un sinnúmero de atractivos naturales, serenidad, aire puro, espacios recreativos y áreas de camping, de belleza inimaginable, que lo convierten en un destino para descubrir lentamente.Además del imponente Salto Encantado, que emerge a sesenta metros de altura entre la espesa vegetación, para llevar todo a su paso, cientos de cursos cristalinos se abren camino con vistosas caídas; como El Lagarto, ubicado dentro del Complejo El Cañadón, al que se accede tomando un camino vecinal terrado, en buenas condiciones, a la altura del kilómetro 934 de la ruta nacional 14, a sólo cinco kilómetros de la ciudad.Un amplio parque, con juegos infantiles, complementa la comodidad de las cabañas, totalmente equipadas; los dormis, ideales para grupos; y el salón para eventos.Y, para quienes buscan aventura, los senderos, cual cuevas, que conforman las copas de árboles nativos, lapachos, guatambú, loros negros, cañas fístulas, pindó y ambay, de los que se desprenden bellas orquídeas, albergue de saracuras, loros, pájaros carpinteros, benteveos, urracas y tucanes, que se dejan ver a quienes gozan del don de la paciencia, son una opción excelente.Acutíes, tatúes, coatíes, monos y coloridas mariposas trasponen el límite con el Valle del Cuña Pirú y se dan cita, tal vez tentados por los frutales, convirtiéndose en una fiesta, principalmente para los más pequeños, en un emprendimiento netamente familiar.Para contactarse, (03755) 15629730 o (03755) 477036, también al e-mail. [email protected] más para disfrutarOtra alternativa, para pasar el día (no se permite acampar), es El Rancho Escondido, a siete kilómetros de la zona urbana de Aristóbulo, en el kilómetro 938 de la ruta nacional 14.Aquí se conjuga naturaleza con el turismo rural, animales y muchas especies de aves, con cabalgatas, pesque y pague, kayak y senderismo.Además de exquisitas comidas regionales, principalmente a base de pescado, que serán la estrella del Jueves y Viernes Santos próximos, fecha para la que los propietarios preparan un gran encuentro, respetando la tradición católica. Además, el espacio, cada quince o veinte días, sirve de escenario a músicos locales, que en lo que denominaron “La Ranchada”, encuentran un espacio para mostrar todo su talento.Para más información, comunicarse al (03755) 15265525 o (03755) 15665072.Otras maravillas son el Salto Alegre, con trece metros de altura, la cascada Alegre, que deslumbra a los poco metros y, un poco más allá, el Salto Armonía. También el salto Piedras Blancas, que cae desde ocho metros y corre configurando un atractivo de importancia alrededor del cual se puede acampar. O el salto San Bernardo, apto para experimentar una aventura inolvidable, donde la quietud del paisaje solo se interrumpe por bandadas de loros, tucanes, boyeros o urracas, según la estación del año en que se visite.En la ciudad, el Parque Lineal Cainguás, único en su tipo en la provincia y como pocos en el país, se abre al Museo de Esculturas al Aire Libre, donde se reúne y conserva el trabajo de varios artistas argentinos dedicados a crear a partir de materiales provistos por la selva. Hay esculturas de piedra, troncos de árboles, de hierro, metal reciclado, que ostentan firmas de Isabel López, Omar Rodríguez, Aurelio Macchi, Pedro Suñer, Adrián Dorado, Pola Ferruccio, Arturo Gastaldo, Enrique Romano, Julián Agosta y Abelardo Ferreyra, entre otros.Y el Jardín Botánico de Palmeras, cuyo propósito es reunir cerca de 150 especies vegetales, interactuando con la vida urbana cotidiana, diseñado a finales de 1988 por el arquitecto paisajista Pradial Gutiérrez y Nora Jofré Ocampo.
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