Me pregunto ¿cómo podré amarte? Si cuando estamos juntos no se me ocurre ninguna palabra que pueda conquistarte. Si cuando en silencio te miro se me hace que eres más confidente del olvido, que cualquier promesa que te pueda hacer. Sin dudas cuando me marcho te apresuras en arreglarte y hacer que la noche te vuelva a hacer compañía, porque sé que solo en sus brazos te quedas dormida. No necesitas a nadie, ni siquiera de vos misma para transitar por esta vida y con esa pasión callada por la soledad con frecuencia sos besada, ella hace estremecer tu cuerpo que en silencio estalla. A mí, simplemente me entregarás tu desnudez: una y otra vez sobre tu cama, mientras tus recuerdos siempre serán los que besen con pasión tu alma y esos ojos que -cuando te beso-, miran simplemente hacia la nada. Tu corazón parece un racimo de hojas verdes, donde no pueden arder las llamas de un amor sincero y que se quiera entregar por entero.Pero como no quieres que te quiera, si mis ganas reclaman tu presencia y mis pensamientos se vuelven lunas que golpean tu ventana para morir en tus besos, mientras transito por tu árido cuerpo.Hasta el alba me dijo que tú nunca le has dicho nada, simplemente que siempre volvías de noches de anhelos y sombras sin almas. Me enamora su desamor y el cansancio de su voz cuando me dice que todo está permitido en aquella habitación, pero que después me vaya. Por el contrario, quisiera ser tu refugio y que en él aniden todos esos sueños de verte simplemente enamorada. Abramos aquella otra botella de vino y deja que te desnude por dentro y por fuera para mostrarte lo lindo de una ilusión cuando solo se busca el amor y la compañía de esa sonrisa que me ata a tu boca y que en tu ausencia se transforma en delirio. Te miro y pienso que eres una ironía del destino, porque mereces todos aquellos amores que rechazas, simplemente por querer sentirte sola o tan solo deseada. Eres como el espejismo que todo caminante anhela, pero siempre del amor escapas. Pero si estás aquí con tu piel desnuda no dejes de sentirte amada y dejar de un lado ese capricho que no te deja entregarte al pleno amor. Quisiera decirte todas aquellas palabras que puedan enamorarte y que dejes de andar por esos brazos que solo de noche se abren, de figuras de arenas que nada tienen para darte. Cuando nuestros pechos se unen se escapa un inconsciente “te amo” y tu solamente te ríes y me vuelves a amar. No soy quién para juzgarte o saber quién te hizo daño, simplemente quiero darte todos mis momentos, mis silencios y esto que siento. No me dejes con toda esta nostalgia, sorpréndeme como una clara mañana y que salga de tu boca todas aquellas cosas que tienes guardadas. Pero otra vez ella dice adiós y que espere su llamada, que sigamos nuestra soledad, sin darse cuenta que uno solo puede aprender amar, amando. Pero ella es así, a pesar de todo la entiendo, simplemente la llamo “La desenamorada”, la que no puede entregarse por completo, pero ella es como una hermosa ave que vuela líbremente por el cielo, la que el amor una noche la golpeó y con una promesa de sangre lo arrancó de su corazón. Simplemente, ella es dueña de sus noches y del viento que golpea su cara, no necesita de promesas para ser feliz, sus heridas ya sanaron pero ella no desea preguntas ni cuestionamientos, simplemente quiere entregar su pasión y el fuego de su piel a quienes las merezcan. Sin embargo, me enamoré de su silencio y su ausencia y ella quizás de mi tiempo y compañía, porque tengo algo que nadie puede ofrecerle, no se trata de pasión, deseo o hacerle sentir esa sensación en el cuerpo, sino que con una simple mirada ella pueda volver a sentirse amada. PorRaúl Saucedo [email protected]
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