Hemos reiterado en estas notas la importancia de tener siempre en cuenta el significado de la palabra Yoga, así como el real propósito de su práctica. Y porque consideramos que nunca es demasiada la insistencia cuando el tema es esencial, nuevamente dejamos hablar a los maestros, como el reclásico -pero atento a las necesidades adaptativas de Occidente- B.K.S. Iyengar, quien nos explica que la palabra Yoga deriva de la raíz sánscrita “yuj”, que significa reunir, juntar, uncir, dirigir y concentrar la propia atención para su correcta aplicación y uso; pero principalmente significa unión o comunión, refiriéndose a la adhesión de todas las energías de cuerpo, mente, emociones, voluntad y alma a un principio superior rector y equilibrador que nos permite mirar la vida en todos sus aspectos con ecuanimidad. Además, “la palabra Yoga posee diversas facetas o matices que revelan aspectos diferentes de entre toda la gama de esfuerzos humanos por lograr paz y felicidad interior”. Nada más lejos del egoísmo, como veremos aquí. En coincidencia con esas definiciones, la re-moderna Tara Stiles expresa que la palabra Yoga significa unión y también reunir, juntar, contemplar y ser absorbido, porque “cuando lo practicamos de forma asidua unificamos la mente, el cuerpo y el espíritu; nos conectamos con nosotros mismos y somos capaces de relacionarnos más profundamente con otras personas y con el mundo en que vivimos”.Volviendo a Iyengar, vemos que “el Yoga también ha sido descrito como sabiduría en acción, como armonía y moderación, como el método mediante el cual se calma la agitación de la mente y la energía se conduce por canales constructivos, porque cuando la mente se halla en calma, la belleza del Sí-mismo aparece reflejada en ella.”Tara Stiles añade que “investigadores de todo el mundo han estudiado el Yoga confirmando lo que ya sabemos todos los que lo practicamos asiduamente: reduce el estrés, calma la mente, te hace sentir más feliz, reduce el dolor, aumenta la agudeza mental, previene y alivia malestares y enfermedades, porque te ayuda a vivir mejor respirando profunda y lentamente, de aliento en aliento.”Iyengar nos completa esas expresiones con estas palabras: “La unificación de respiración y mente, así como de los sentidos, más el abandono de todo condicionamiento de existencia y pensamiento, es lo que designamos con el nombre de Yoga. Y los signos del progreso en el sendero del Yoga son: salud, una sensación de liviandad física, firmeza, claridad de semblante y de voz, libertad frente a los anhelos, mente equilibrada y serena”.Finalmente, Tara Stiles nos recuerda el código de conducta expuesto por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras, que comienza con ahimsa, comportamiento ético que requiere practicar la no violencia y la amabilidad con todos los seres vivientes, incluidos nosotros mismos. Y expresa: “Mi opinión es que cuando la cantidad de personas que practican Yoga llegue a ser masiva, muchos de nuestros problemas de salud colectivos, tanto físicos como mentales, comenzarán a desaparecer”. Es lo que percibimos en la Clase de Yoga, en la Hora del Ahora, en silencio, paz y armonía. Namasté.ColaboraAna Laborde Profesora de Yoga [email protected]. 4430623
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