Seguramente en el ámbito de la fantasía, uno “piensa” en los hijos y su proyección como profesionales. Pensamos que la “mejor herencia” que podemos dejarles es el estudio y a partir de allí, idealizamos el colegio que reúna las condiciones para sostener y formar las bases que ellos requieren.Sin embargo, pocos padres ven la escuela secundaria como la primera instancia para orientar esa futura decisión. En cierta contradicción, la legislación vigente divide el contenido educativo de la escuela media en distintas especialidades para potenciar la vocación de los niños y formarlos en las áreas que serán compatibles con su futura profesión. Así, tenemos orientaciones que refieren a: “Arte y Diseño”, “Humanidades y Ciencias Sociales”, “Ciencias Exactas/Naturales”, “Ciencias Económicas”, etc.En los hechos concretos, la escuela secundaria se elige por cercanía, disponibilidad de cupo, asistencia de amigos, hermanos y excompañeros, por la trayectoria de la institución y, casi nunca, por el nombre de la orientación.A saber: la ley nacional de educación 26.206 separa los años de enseñanza media en dos ciclos: “El básico, común para todas las orientaciones, y el orientado, de carácter diversificado según distintas áreas del conocimiento”. Las provincias son autónomas para elegir la cantidad de años de cada ciclo.Las opciones no se encuentran presentes en todas las escuelas que suelen ofrecer dos o tres orientaciones. El motivo de las orientaciones es que todos los chicos son distintos; por eso, es preciso ofrecerles distintas modalidades, para contemplar la pluralidad. Pero en la práctica, como lo expreso anteriormente, la elección de la escuela secundaria no se realiza en función de la vocación de los niños. La presidenta de la Federación de Psicopedagogos de la Argentina, Marcela Platero, explicó algo que personalmente comparto: “A los doce años, es muy difícil que los niños sepan qué desean elegir. Están en plena pubertad e inmadurez, con cambios físicos y emocionales, y comienzan a desafiar los lugares tradicionales de autoridad. El paso a la secundaria aumenta los desafíos sociales para los chicos, más aún si la modalidad secundaria les plantea a tan corta edad la elección de una orientación escolar”.A pesar de que los profesionales admitimos que el motivo de elección de la escuela media dista de ser la incipiente vocación de los niños, coincidimos en que deben brindarse los espacios para orientar la elección, tanto a padres como alumnos.Para ello existen distintas actividades que pueden desarrollarse para permitir una adecuada elección vocacional. Las herramientas para articular la escuela primaria y la secundaria son las visitas a las escuela media, charlas informativas a padres y niños, y entrevistas a profesores, entre otras.Muchos chicos admiten que, en caso de seguir orientaciones como arte por ejemplo, y luego preferir una carrera como bioquímica, probablemente tengan que hacer cursos específicos para estar a la altura de las exigencias del ingreso de las potenciales universidades que escojan. Estos inconvenientes futuros son los que no parecen evaluarse en la elección del secundario.¿Cómo ayudar a esta elección?Comparto las siguientes recomendaciones, que fueron efectuadas por la presidenta de la Federación de Psicopedagogos de la Argentina, Marcela Platero:• Tenga en cuenta las materias en las que su hijo tiene mayor facilidad para estudiar.• Ayude al niño a encontrar modos y espacios para enfrentar sus preocupaciones.• Estimúlelo a hablar del futuro tratando de dar respuesta a sus dudas.• Visite con el niño la posible futura escuela para facilitar y apoyar la elección de su hijo y para que se vaya ambientando.¿Cómo sería el paso a paso ideal?Antes de elegir un colegio secundario hay que dialogar.La propuesta es entonces una escucha dialogada de docente a alumno -y de padre a hijo- que desafíe tanto a las respuestas apresuradas como a las preguntas tardías dando lugar a la decisión más saludable, aquella que se toma sintiéndose convencido, luego de haber reflexionado lo suficiente.Un aspecto decisivo es que el alumno se sienta parte del centro elegido.Una elección saludable sólo puede tener lugar en un clima de libertad y de responsabilidad, luego de una adecuada introspección que permita responder a la pregunta “¿Quién soy?”.Por ello, el 1° paso -decisivo- es propiciar en los jóvenes un adecuado autoconocimiento, ya sea en el ámbito familiar, escolar o con ayuda de un orientador profesional. Algunas tareas fundamentales previas a la elección de una escuela secundaria son:• Plantear metas adecuadas, evitando aquellas poco realistas, ambiguas o inconmensurables.• Reconocer las propias ansiedades o temores frente a la toma de decisiones.• Detectar qué etapa de elección se está atravesando.• Considerar el impacto que la decisión puede acarrear en el entorno.• Aceptar que no todas las asignaturas ni todas las reglas del centro serán de su completo agrado.• Elaborar criterios de elección que sustenten la decisión a tomar.Una vez que se ha dialogado lo suficiente, lo siguiente será informarse acerca de la oferta educativa, teniendo en cuenta cuestiones académicas, geográficas y económicas.El 3° paso es ofrecer a los adolescentes la oportunidad de recorrer las instituciones y presentarles sus planes de estudio de acuerdo a la modalidad u orientación elegida; anticipándoles en la medida de lo posible las posibles situaciones futuras que atravesará, para que pueda “ensayarlas”. Esto reduce el estrés y aporta seguridad al chico/joven. ¿Cuál es entonces el mejor colegio secundario?Sin duda, aquel que ayude a los estudiantes a conocerse mejor a sí mismos, a desarrollar sus múltiples inteligencias, a fortalecer sus habilidades socio-cognitivas y a comprometerse -consigo mismo y con otros- en un proyecto saludable de futuro.Colaboración: Myrian Mabel BáezLic. en Psicopedagogí[email protected]
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