Señora Directora Como escuchamos de parte de casi todos los dirigentes cuando se refieren tibiamente unos y eufóricos otros a que ha bajado o subido, depende el lado de la vereda que se mire, la pobreza, desempleo, miseria, desnutrición, inflación, inseguridad, corrupción y otros candentes temas y que hay que combatirlos, eliminarlos, desterrarlos. Es totalmente cierto. Esas declaraciones solamente nos hacen recordarlas. Que esos temas o problemas existen, están y lamentablemente se incrementan. También es cierto. Pero lo que poco o casi nada se escucha de parte de los que hablan y hablan, y poco dicen de esos delicados temas es: cómo hacerlo. Los “políticos” y otros “dirigentes” de uno y otro bando se van en declaraciones, manifestaciones, discursos, arengas, repeticiones de historias, pasadas. Lógicamente, en intenciones, en que las culpas son de fulano y de mengano… y por poco del viejo vizcacha también. El ciudadano se cansó de tanta cháchara de unos y de otros. Hoy, éste, el ciudadano común, el Pueblo, ávido de inmediatas respuestas y soluciones. Necesitamos saber el “cómo”. Como se solucionan estos problemas. Basta un ejemplo sencillo, se dice que para tratar al alcohólico primero, él debe asumir su problema, aceptar que es un alcohólico. Con este ejemplo entiendo que lo primero para ayudar a resolver los problemas en la Nación es: asumir la verdad; asumir el problema, duela a quien le duela. Asumir y admitir las equivocaciones. ¿Nos hemos equivocado? Sí. ¿Entonces cómo resolvemos eso? Asumir que a muchos no les gusta la Justicia (ni los jueces ni sus fallos), no gusta la decencia, la lealtad, el honor, la incorruptibilidad, la moral y buenas costumbres. Eso debemos desterrar de la República. Lo he dicho alguna vez: el designar personas capaces, capacitadas, con estudios, honradas, decentes y rectas para que ocupen cargos claves, de mucha responsabilidad es el comienzo de la solución. Los hay, pero “temen comprometerse”, dijo mi amigo de la infancia Luis González. Se entiende. Hoy, ¿algún partido se hace cargo de los actos de corrupción de alguno de sus miembros? ¡No! Eso es otra a cambiar. Parece una ilusión. ¿Entonces cual es la clave para empezar una transformación al sistema que no ha dado buenos resultados? ¡Un sacrificio que comience por arriba! Una acción del Gobierno que demuestre firmeza y no dudas, con autoridad, usando en consenso la mayoría que detenta y les ha sido dada en su oportunidad. Y hace poco. Y no se han dado cuenta. Una coalición política de los referentes. Para eso hay que previamente cambiar el sentir del político y la casi totalidad de la sociedad, permitiendo así acceder a la política y a la Justicia a gente honesta, capaz y sin prontuarios. Permitir a quienes se comprometan y dediquen con el servicio al Pueblo. Exclusivamente al Pueblo. ¿Cómo? Promoviendo la honestidad, la educación, el trabajo, la responsabilidad, la creatividad, y el mérito ante la indiferencia, sumisión y resignación que socavan los cimientos de la sociedad y de las Instituciones en particular. No tengo la vara mágica para todos los cómo, pero antes de que algún iluminado o abúlico comience a hablar de problemas, que hasta el más tonto lo sabe y muchas veces de lo que hay que hacer, aproveche la tarima, la silla, la tribuna o donde carajo esté parado y también se exprese en cómo resolver el problema que dice que existe. Que aporte aunque sólo sea una idea de cómo llegar a una solución. Si tiene boca para denunciar ante un público, actos de corrupción, que vaya a la justicia y si no le gusta cómo lleva la causa el juez que lo denuncie también, comenzaría a solucionar la incapacidad en la Justicia. Hay hambre y desnutrición; que denuncie a los responsables, las malas políticas y que diga cómo solucionar el problema. Que hay inseguridad: lo sabemos, pero si denuncia el tema también que diga cómo bajar o eliminarla. Difícil que alguien “inteligente”, que son pocos rechace una ayuda, una idea, o que la considere cuando no puede resolver un problema. Ésos serían ejemplos para saber que vamos cambiando el modo de pensar, siempre procurando el bienestar general.
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