Generalmente una guerra convencional enfrenta a dos bandos claramente diferenciados, parapetados en dos trincheras bien definidas y con objetivos milimétricamente establecidos. No es el caso de Siria, un país atravesado en todas las direcciones por un complejo conflicto que opone a varias fuerzas internas con luchas de poder político-económico. Siria es además un teatro de guerra en el que las mayores potencias globales se prueban tanto por la vía militar como por la diplomática .En el medio de todo existe una población acorralada y casi sin posibilidades, cuya única opción es visibilizar una vía de escape que se presenta difusa ante la cantidad de actores en crisis y cuyas ideologías se contraponen hasta en los acentos.Ingresando ya en su séptimo año, el conflicto sirio exhibe varias facetas y proyecciones, aunque difícilmente alguien pueda identificar con exactitud el origen. Sí se sabe que los primeros disparos se produjeron en marzo de 2011, en el contexto de las revueltas en estados árabes, muchas veces motorizados o potenciados por gobiernos occidentales. Por ese entonces, parte de la población siria se manifestaba reclamando la salida del Gobierno liderado por el actual presidente Bashar al Assad. El disparador habría sido (lo potencial es necesario y significativo) la descomunal reacción policial contra los autores de un grafiti en contra del mandatario. “Es tu turno doctor”, decía la pintada en alusión a Assad y a la seguidilla de gobernantes que iban cayendo por decisión propia o por obligación.A partir de allí todo fue vertiginoso y sanguinario y a la vuelta de todo este tiempo más de 310 mil personas perdieron la vida. Otras cientos de miles debieron abandonar sus hogares ante la creciente magnitud del conflicto que fue corriendo sus fronteras e incluyendo a nuevos actores.Encendida la crisis en marzo de 2011, casi de inmediato surgieron dos bandos bien diferenciados con trincheras bien definidas y objetivos milimétricamente establecidos.De un lado el Gobierno y sus soldados, del otro los grupos opositores agrupados en el Ejército Sirio Libre (ESL). La guerra arrancó y en cuestión de meses escaló hasta convertirse en un conflicto de escala nacional con combates a las puertas de Damasco y Alepo, la segunda ciudad del país (que años después se convertiría en la madre de todas las batallas). En ese tramo de la guerra y los subsiguientes hicieron su aparición actores externos que enrarecieron el enfrentamiento. En ese sentido vale rescatar la descripción desarrollada por las agencias de noticias con presencia física en el conflicto:• El Gobierno: Los seguidores del presidente de Al Assad controlan las grandes ciudades del país, como Damasco, Homs y ahora Alepo. El Ejército sirio sufrió grandes pérdidas, pero gracias a la ayuda rusa e iraní pudo recuperar amplios territorios. • Estados Unidos y Occidente: Washington dirige la lucha contra el Estado Islámico (EI) encabezando una coalición internacional, cuyos aviones de combate atacan posiciones yihadistas a diario. Reino Unido y Francia son otros de los miembros de la coalición, que también apoya logísticamente Alemania. • Rusia: Es el principal aliado del Gobierno sirio y desde septiembre de 2015 realiza ataques aéreos contra el Estado Islámico y Fateh al Sham y grupos colaterales.• Arabia Saudita y Qatar: Son importantes aliados de los rebeldes y exigen la caída de Al Assad. Riad libra también en Siria una lucha por la influencia regional contra su rival geopolítico, Irán.• Irán: Soldados iraníes combaten junto al Ejército sirio y también lo hace la milicia chiíta libanesa Hezbollah, financiada por Teherán.• Turquía: Se convirtió en el socio más influyente de los rebeldes y fue uno de los organizadores de las negociaciones de Astaná en enero. Sus tropas y aviones actúan en el norte de Siria en apoyo de rebeldes que luchan contra el EI y también contra los kurdos.• Los kurdos: Sus milicias dominan actualmente la mayor parte del área de la frontera siria con Turquía. Son un importante aliado de Estados Unidos en la lucha contra el EI. A veces luchan junto a grupos rebeldes, pero también con el Gobierno Sirio. Turquía los combate.• El Estado Islámico: La milicia islamista extrema sigue controlando amplios territorios en el norte y este del país, pero perdió mucho terreno en los últimos meses. No participa en ningún tipo de negociaciones y tampoco está incluido en el alto el fuego vigente en el país.• Los demás rebeldes: Son especialmente fuertes en el noroeste y sur del país. Su espectro es muy amplio y abarca desde grupos moderados apoyados por Occidente hasta radicales islamistas, como el Frente Fateh al Sham, exFrente al Nusra (antigua filial de Al Qaeda en Siria, también excluida de los acuerdos de cese de fuego). • Una escisión del exAl Qaeda, Jaish al Islam, participó de los encuentros de Astaná (Kazajistán), patrocinados por Rusia, Turquía e Irán. En este momento, los grupos que participaron de Astaná y Fateh al Sham y sus organizaciones colaterales combaten entre sí.• La oposición política: Está muy dividida. La principal alianza opositora es la Coalición Nacional Siria con sedes en Estambul y Riad.Terreno desconocidoComo se observa, la multiplicidad de actores internos, más sus propios intereses, hacen casi imposible percibir la dirección que pueda tomar el conflicto de aquí en adelante. La complejidad se volvió absoluta a partir de la intervención de Estados Unidos, Rusia, Turquía, las principales potencias europeas y las milicias regionales, además de los de grupos armados rebeldes y/o extremistas. Todo esto hizo que lo que en un principio fue una guerra civil degenerara hasta transformarse en una global.Con todo, la situación actual dista mucho de la inicial. El Gobierno recuperó Alepo que hasta entonces era el bastión de la oposición. La reconquista de la ciudad, sucedida a fines del año pasado, fue un punto de inflexión en el conflicto. Y es que Alepo, además de ser la capital económica del país, se había transformado en el vórtice en el que confluían las fuerzas reunidas para la guerra en Siria.Damasco, entendido como el Gobierno oficial, controla un 33% del país, sobre todo las principales ciudades y la región costera, donde viven las dos terceras partes de la población que permanece en Siria tras el inicio de la guerra. Los rebeldes, en tanto, deciden sobre un 13% del territorio nacional. De su lado, los kurdos y sus milicias establecieron control sobre un 20% del territorio en el norte y el este del país. Finalmente el Estado Islámico se impone sobre el tercio restante.Siria está hoy en ruinas y seguramente no volverá a ser el país que fue antes de que estallara la guerra. Y, como sucede desde que los países optan por ir a la guerra, gran parte del futuro del conflicto de un lugar se decide en otro muy distinto. En este caso, lo que vaya a suceder con los sirios se define en un país diametralmente opuesto como Suiza, sede elegida por los protagonistas de la guerra para discutir las posibilidades de la paz. Tambi&e
acute;n se decide en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, oficina de las potencias que desde hace décadas cavan las trincheras de otros. Trincheras que, más tarde o más temprano, terminan siendo globales.Datos de la ONU sobre el conflicto sirio a fines de 2016• Más del 70% de la población debió dejar su casa por miedo a perder la vida. • Alrededor de 4,8 millones de refugiados huyeron del país hacia países limítrofes como Jordania, Líbano o Turquía. • Cerca de nueve millones optaron por refugiarse en otras partes del país consideradas más seguras. • Las extremas condiciones de vida y la escasez de recursos llevaron a más de medio millón de sirios a jugarse la vida en el Mediterráneo. Ahora, muchos de ellos, se encuentran en tierra de nadie atrapados entre fronteras cerradas.• Casi el 75% de los sirios damnificados por la guerra son mujeres y niños.Testimonio Ghetwan, 100 añosGhetwan y su mujer llevan casados mucho tiempo. La boda se celebró hace 72 años, en plena Segunda Guerra Mundial. El conflicto de Siria no los separó. Cuando las bombas destruyeron su casa huyeron a Líbano juntos. Actualmente, la pareja vive con su familia en una tienda de campaña debajo del garaje de un mecánico, al sur de Líbano. La electricidad se corta con frecuencia y, muchas noches, los bisnietos de Ghetwan se acuestan junto a él, mientras él sigue dormido… dos generaciones en el mismo espacio mal iluminado.El sonido del rezo llega a su casa. En ocasiones, Ghetwan cree que los sonidos provienen de su antigua mezquita en Siria. Un vecino suele invitarle a sus tierras con animales para animarle y calmarle y que así, de alguna manera, pueda sentirse como en casa, como en Siria.Colaboración:Guillermo BaezPeriodista
Discussion about this post