Hola queridos amigos! Celebro el reencontrarnos, ya que siempre es bueno para el alma contactar con amigos, cualquiera sea el medio que ocupemos para hacerlo. Hoy vamos a hablar de “energía” porque: todo, todo es energía. Esa es la naturaleza del poder.Es energía de la mente divina del Padre que nos creó y de la cual somos poseedores, al ser hechos a Su imagen y semejanza.El mundo material está sustentado por el sustancial, el que no se ve, no se toca pero se percibe. De ti depende que este hecho sea una realidad para ti.Todo lo que te rodea es una creación de la mente y el corazón del Padre.Considera que realmente estás hecho a imagen y semejanza de Él; tú puedes entonces crear un mundo mejor para ti.Hay un viejo adagio que dice: “Eres lo que piensas”. Esto realmente es así, por lo que cuidar el pensamiento es una labor esencial en la cual te debes empeñar, hasta convertirte en dueño y señor de ti mismo.El poder de la mente es energía en acción, por eso deben tener mucho cuidado con el pensamiento.Somos energía y nos movemos en un mar de energía. Energía que podemos crear para construir, destruir o transformarla.No tenemos conciencia de ello y hacemos mal uso de ese poder otorgado por Dios.El pensamiento unido al sentimiento es esa energía creadora, o sea que somos cocreadores con Aquel que nos creó a Su imagen.He ahí la importancia de elevar nuestros pensamientos y sentimientos; especialmente lo hacemos con la oración silenciosa que transmuta todo y que todo lo puede, porque en el silencio unimos nuestra energía a las del Divino.La mente es como una fiera salvaje a la que hay que domar para que trabaje para nuestro beneficio y no en contra, ya que las manos hacen, la boca habla lo que ella le dice. Entonces pasa esa información por tu corazón y consensúa antes de actuar o de hablar.El silencio irá calmando los impulsos eléctricos enloquecidos que envía tu mente dándole tiempo al corazón para que actúe, y como buen músculo que es, se desarrolla cuanto más trabaja. Entonces ejercítalo, mantenlo activo hasta que mente y corazón pulsen el mismo ritmo y como el corazón es la residencia del Altísimo, en definitiva Él es el que pensará, hablará y actuará por ti.Pero sólo ese silencio es el que produce este milagro, dando lugar al nacimiento del hombre nuevo en ti. Recuerden lo que dijo Jesús (Marcos 9,9-24): “No hace impura a la persona lo que entra por la boca pues no entra al corazón. Lo que hace impura a la persona es lo que sale de su propio corazón. Los pensamientos malos salen de dentro del corazón; de ahí proceden la inmoralidad sexual, robos, asesinatos, infidelidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral. Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona”.Ahora veremos en un leve repaso como se mueve esa energía y lo que debemos saber es que el pensamiento unido al sentimiento producen emociones y éstas últimas son electromagnéticas por lo que atraen más de lo mismo que nos emociona, y acá debemos saber además, que el inconsciente no distingue si es realidad o estamos recordando, si estamos viviendo un mal momento o estamos viendo una película de miedo, de violencia etc. Por todo lo antes dicho puedo asegurar que tus problemas existen en la medida que tu mente y tu corazón les den fuerza.Todo aquello que temes y rechazas, hacia ti lo atraes.Toda crítica o juicio que emitas, como bumerán hacia ti vuelve.Todo pensamiento indigno no sale de ti y se disipa en el éter, sino que en ti anida y se acumula como una sombra gris.No guarden rencores; la otra persona es probable que ni siquiera se entere y para ti, en cambio, con los años puede convertirse en una enfermedad. Por eso, la ignorancia de lo que somos y el mal manejo de nuestra energía es lo que nos enferma.Un discípulo preguntó a Aristóteles: “Maestro, ¿qué es la piedra?”, él le respondió: “Es música condensada” y recién 2.500 años después, Einstein comprobó esto científicamente. Trataré de explicar esto de forma más sencilla:Invirtiendo su famosa fórmula y poniéndola en términos de masa, nos quedaría que: m=E:c2 (donde m=masa, E=energía, y c2=velocidad de la luz al cuadrado), y sabiendo que la luz es una vibración, si nos acordamos de “la música condensada” con que definió Aristóteles la masa condensada en la piedra, llegamos a la conclusión de que todo es una armoniosa melodía vibracional, insertada en un infinito “pentagrama” o malla energética por la cual todos estamos unidos.De esa música armoniosa y celestial, de la cual somos una nota, debemos participar con la vibración del Ser con que hemos sido creados; sin sonidos disonantes, porque todo aquello que no tiende al equilibrio, desaparecerá, mientras que si tendemos a la armonía iremos paulatinamente recobrando nuestro poder. Esta es “la naturaleza del poder” que iniciamos diciendo en esta nota.Hasta la próxima semana mis armoniosos seres de luz.ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora
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