La hermana Miguela Acosta, de la etnia Wichi, pronunció sus votos perpetuos en la capilla San Rafael Arcángel, ubicada en Miraflores, en el centro de El Impenetrable chaqueño, en manos del obispo electo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini.Fue criada para ser la princesa indígena que dirigiría a la comunidad Wichi, pero ella decidió ser monja.La hermana Acosta pertenece a la congregación de las Hermanas Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado que, fundada en Mendoza en 1937, realiza actividades apostólicas en la Argentina, Chile y Paraguay.Miguela es de la etnia Wichi, nació y creció junto a su comunidad indígena de Miraflores y desde niña sintió la vocación de consagrarse a la vida religiosa.En una entrevista, según difundió Aica, la hermana Acosta explicó que "no fue fácil iniciar este camino", debido a que, en un principio, su familia no estaba de acuerdo con su decisión.Sin embargo, hoy agradece a sus padres "por haber entendido que la consagración a la vida religiosa era un llamado de Dios".La hermana Acosta recordó que "en muchas oportunidades pasaban por nuestra casa unas monjitas y cuando las veía llamaban mucho mi atención, por su entrega y su servicio".Fuente: NA
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