Cristian Soto (18) protagonizó una historia que vale la pena destacar. El pasado sábado rescató a un amigo que se estaba ahogando en el río Paraná y la acción casi le costó la vida. Tragó mucha agua, quedó semiinconsciente y flotando. Por fortuna una pareja que paseaba en bote logró observar la situación, arrojarle un salvavidas y sacarlo, tras lo cual le realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) junto a unos efectivos que estaban en el lugar. En cuestión de segundos la muerte rondó el cuarto tramo de la costanera, sin embargo hubo numerosos factores para que el desenlace finalmente fuera feliz. En primera persona, Cristian, quien se gana la vida como vendedor de zapatos en un local céntrico posadeño, relató a PRIMERA EDICIÓN cómo se dieron los acontecimientos. “Aquel sábado a la tarde y como se realiza habitualmente a través de grupos de Facebook nos citamos un grupo de jóvenes de distintas edades en la costanera para una juntada. Algunos llevan guitarras, gaseosas o tereré, no hay alcohol como se dijo. "Compartimos un rato juntos, hacemos freestyle -rap improvisado- u otras actividades. Poco después de las 18 dos de mis amigos decidieron arrojarse al agua para refrescarse. Yo rechacé la idea porque estaba de jeans, además no tenía ganas de meterme al río. "Ambos se pusieron a nadar desde un sector del muelle hacia la costa y uno de ellos llegó a la orilla, mientras que Daniel, quedó a medio camino. Miré y estaba como inmóvil. De repente se mueve y como que se hunde y el grupo de chicos que estaba observando comenzó a gritar. "Corrí hacia la orilla, dejé mi teléfono celular y me arrojé al agua. Recuerdo que no tuve tiempo de dejar ni mi billetera ni mi llavero. "Cuando lo alcancé él comenzó a tirarme de la remera hacia abajo, con fuerza, mientras que yo luchaba por levantarlo, que sacara la cabeza y respirara. Fueron segundos…de repente empecé a tragar mucha agua. "En eso una pareja que navegaba cerca se acercó, mientras que yo sentí que no tenía fuerzas, que el bote estaba muy lejos…si bien no pensaba que me iba a morir, pensaba que tenía que hacer fuerza por mantenerme a flote. "Me sacaron y luego a mi amigo, que ya estaba bien, contento por estar sano y salvo. Sin embargo yo me sentía cada vez más débil, flojo, sin fuerzas, veía todo borroso. En eso la mujer del bote que me rescató logró sacarme a la costa y me hizo RCP junto a un Policía. Los efectivos luego me llevaron al hospital, donde me dieron el alta al as 23.30 de ese día. Nunca pasé por una situación así, y creo que lo volvería a hacer”, puntualizó Cristian.
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