Señora Directora: Días atrás veía a un conductor responsable cómo, tras atropellar a un perro, detuvo la marcha y bajó para socorrer al animal. Arisco éste, el hombre soportó sus gruñidos y, vencida la defensa, lo examinó detenidamente para luego de incorporarlo y ver que caminaba bien, correrlo hacia la acera próxima, desde donde la mascota escapó. No conozco su nombre ni tuve la precaución de anotar el número de la patente del modesto automóvil que conducía.Aunque muchos dirían que faltó acercarlo a un veterinario para mayor seguridad, en mi opinión, fue un comportamiento que debería servir de ejemplo para todos aquellos que atropellan o golpean desaprensivamente a algún animal, lastimándolo y lo abandonan a su suerte. Conozco a gente que tiene ese comportamiento y que ni siquiera se molesta en correr al animal herido o moribundo a un costado de la ruta; así como más de una vez sucede lo mismo con sus cadáveres y estos quedan tirados en el camino para que otros vehículos terminen despedazándolo.Desde chico tenemos que enseñarles a nuestros hijos a respetar a los animales y evitar que los maltraten o los abandonen. Ellos –y no sólo las mascotas– son eslabones necesarios para la vida y el equilibrio de la naturaleza. Es cierto que las mascotas forman un rango especial que despierta cariño y amor de todos, pero también hay muchos otros que nos sirven de alimento, permitiéndonos crecer y vivir. Una razón más para tenerles consideración y evitar cualquier comportamiento y tratamiento que los dañe y perjudique.No soy un fanático proteccionista, pero creo que ellos también son seres vivos que fueron puestos en la Creación con diferentes propósitos que todos debemos aprender a respetar y tolerar.
Discussion about this post