Luz Sobre el Yoga es el título del fundamental libro escrito por el Maestro B. K. S. Iyengar, del que hoy nos ocuparemos. En el prefacio el autor relata las dificultades que precedieron a la elaboración y publicación de la obra desde 1958, debido a la magnitud del volumen y a la cantidad de ilustraciones que contiene. Hasta que su destacado discípulo, el eximio violinista Yehudi Menuhin, lo contactó con amigos de una importante editorial en Suiza, uno de los cuales expresó: “Llevaba años esperando un libro así”. Finalmente fue publicado en 1966 y llegó a nuestras manos en su edición 2016 como lo que es: un clásico de consulta ineludible para nuestra disciplina. El mismo Menuhin se hizo cargo de su presentación, cuyas expresiones intentaremos sintetizar a continuación:La práctica del yoga despierta un sentido fundamental de la medida y la proporción. Reducidos como estamos a nuestro propio cuerpo, diariamente y con paciencia desbloquearemos y liberaremos capacidades, ya que cada zona no desarrollada de tejido y nervio, de cerebro o pulmón, es un llamado a nuestra voluntad y a nuestra integridad para no tornarse en fuente de frustración y enfermedad. Pero quien ha tenido el privilegio de recibir el arte del Sr. Iyengar se ha introducido en esa visión de perfección e inocencia que es el hombre según fue creado en el Jardín del Edén, lo cual es imperativo frente a aquellos que, desconectados de su ser, prefieren aplicar sus conocimientos a la manipulación de otras personas y cosas y no en la mejora de su propia persona.Esta práctica nos ha convencido de que la mayoría de nuestras actitudes básicas hacia la vida tiene su correspondencia física en el cuerpo. Así, comparación y crítica deben comenzar con la alineación de nuestros lados derecho e izquierdo; una fuerte determinación puede empezar por estirar el cuerpo desde los dedos de los pies hasta la coronilla en medio de la gravedad; el ímpetu y la ambición tendrían inicio en el balanceo de los miembros bajo el control de un equilibrio prolongado sobre uno u otro, lo que proporciona serenidad; el estiramiento continuado en las posturas desarrolla la tenacidad, mientras que la calma surge de la respiración constante y tranquila; la continuidad y el sentido de lo universal acompañan al conocimiento de la alternancia entre tensión y relajación en ritmos eternos, de los cuales cada inhalación y exhalación componen un solo ciclo, onda o vibración entre las miríadas que constituyen el universo.Por eso el yoga es una técnica ideal para la prevención de los desórdenes físicos y mentales y la protección del cuerpo en general, que desarrolla la confianza y seguridad en uno mismo, así como el respeto a la vida, la verdad y la paciencia que son factores indispensables para una respiración tranquila, quietud mental y firmeza de voluntad. Ahí residen las virtudes morales del yoga y por eso requiere una dedicación que implica al ser humano íntegro, sin conllevar repetición mecánica ni palabrería ya que por su propia naturaleza es siempre un acto vital y se halla indisolublemente asociado a leyes universales.Esperamos que este libro posibilite la difusión de este arte básico y estimule su práctica, a la vez que inspire a muchos para convertirse en los profesores que la humanidad tan urgentemente necesita, decía Menuhin cincuenta años atrás. Hoy, en la Hora del Ahora, en nuestra práctica de yoga, percibimos cómo día a día se ha venido concretando con creces aquel anhelo. Namasté.ColaboraAna Laborde Profesora de Yoga [email protected]
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