En un juicio abreviado, dos hombres confesaron que en enero de 2014, ingresaron a una vivienda e intentaron ejecutar a un vecino. Sin embargo, increíblemente el proyectil que llevaba la fecha y hora de la muerte para la víctima quedó alojado entre el cráneo y el cuero cabelludo, y sólo le provocó lesiones leves.De acuerdo a la investigación, el episodio fue el corolario de un enfrentamiento entre dos vecinos, enemistados.Durante el ataque, el agresor no actuó solo, sino que lo hizo en compañía de tres cómplices. Todos huyeron y sólo uno de ellos fue identificado y detenido.A tres años del violento ataque, Alejandro Javier Vargas (36) aceptó la pena de siete años de prisión por el delito de “homicidio en grado de tentativa y portación ilegal de arma de fuego”. En tanto su cómplice, Carlos Alejandro De Almeida (22) fue sentenciado a cuatro años de cárcel por considerarlo un participe secundario en la comisión del hecho. El ataqueDe acuerdo a la instrucción, todo ocurrió el sábado 24 de enero de 2014 en una vivienda del barrio Tránsito Pesado de la localidad de Bernardo de Irigoyen. Cerca de las 19, un vecino se encontraba en el patio de su propiedad cuando se presentó en la escena uno de sus vecinos, acompañado de otros tres hombres. Al parecer, sin mediar palabra alguna, los recién llegados extrajeron diferentes armas y abrieron fuego contra el dueño de casa.Fueron varios disparos, indicó la víctima, en medio de los cuales el principal acusado apuntó contra su vecino. El dueño de casa recibió un impacto de bala detrás del oído izquierdo, pero increíblemente el proyectil quedó alojado entre el cráneo y el cuero cabelludo, provocándole solamente lesiones leves. Esta situación se debe a que, según le explicaron a PRIMERA EDICIÓN especialistas en la materia, se trató de un proyectil calibre .38 que presumiblemente fue disparado a corta distancia y no alcanzó a tomar velocidad como para provocar mayor daño. Eso habría sido lo que le salvó la vida a la víctima, quien quedó algunas horas en observación en el hospital local y enseguida fue dada de alta. Tras el tremendo ataque, el impiadoso vecino y sus cómplices huyeron. El herido alertó a la Policía de lo ocurrido y de inmediato se inició la investigación del caso. Además reconoció a dos de los agresores y aportó sus identidades. Con los datos se montaron operativos policiales y poco después lograron arrestar a dos hombres, identificados como Alejandro Javier Vargas (36) y su cómplice, Carlos Alejandro De Almeida (22) quienes deberán purgar su pena en un calabozo.
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