Señora Directora: Ya parece innegable que Misiones juega un papel importante, quizás el más, en el país en cuanto al narcotráfico y el ingreso de esas drogas al país, sobre todo marihuana. En el último tiempo ese “privilegio” provincial quedó confirmado con los múltiples secuestros de grandes cantidades de ese estupefaciente. El último de ellos, con siete toneladas de marihuana, es, quizás, el más trascendente, confirmando una tendencia creciente que ubica a Misiones en un objetivo central para el combate al narcotráfico. Siendo necesario aumentar los recursos y elementos para combatirlo, así como redoblar los esfuerzos a fin de que en un mediano plazo sea erradicado totalmente o, en el peor de los casos, reducido a una mínima expresión.Ese debe ser el compromiso moral que para con el pueblo misionero deben asumir las autoridades, desechando también toda sospecha de complicidad en tolerar o colaborar con ese negocio ilegal y tan perjudicial para sus víctimas.De actuar así y con la mayor eficiencia y severidad posibles, las autoridades provinciales y nacionales recibirán el reconocimiento de nuestros comprovincianos y, en particular, de aquellas familias en que alguno de sus integrantes ha caído en la garra de la adicción. Para ello vale tener presente la responsabilidad familiar que debe comenzar desde su constitución mínima y considerando que otros vicios como el cigarrillo y el alcohol suelen significar la puerta de entrada de esa aberración tan en boga en los últimos años.Pero, ojo, hablo de vicio, de aquella persona dominada por él e incapaz de contenerse y no del que ocasionalmente en una reunión o una fiesta bebe moderadamente su copa de vino, cerveza u otra bebida espirituosa.
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