El chapista Julio Valdez fue condenado a tres años de prisión efectiva e inhabilitado para conducir automóviles durante una década, al ser encontrado responsable de un triple homicidio en accidente de tránsito. Además, deberá someterse a un tratamiento de desintoxicación durante un año para curarse de su dependencia alcohólica.El hecho ocurrió el 24 de julio de 1995 en el acceso a Posadas, donde Julio Valdez al mando de un Ford Falcon rural invadió el carril contrario y chocó frontalmente con un Renault 12 en el que viajaban Concepción Figueredo viuda de Esquivel (71), Lucía Müller (37), Oscar Macedonio Esquivel (6) y el oficial de la Policía de Misiones Julio Oscar Esquivel, el único sobreviviente de la familia.La sentencia fue dictada ayer al mediodía por el Tribunal Penal 2, integrado por los doctores Roque Martín González (presidente), Juan Enrique Calvo y Alfredo Escribano, y es coincidente con el pedido del fiscal Rolando Oliva. Durante la audiencia quedó probado que ese día el chapista estaba ebrio y conducía sin registro un auto que le habían confiado para realizar trabajos de chapa y pintura.La calificaciónTal como lo había adelantado ayer este Diario, Oliva no sostuvo la calificación de "homicidio simple con dolo eventual" con que había sido elevada la causa a juicio por el juzgado de Instrucción 1 de Posadas.El representante del Ministerio Público decidió cambiar la acusación por la de "homicidio culposo", cuya pena máxima es de tres años de prisión efectiva. En su alegato, Oliva criticó duramente a los funcionarios por el escaso control de vehículos y choferes, al igual que la entrega casi indiscriminada de licencias de conductor. Oliva dio sus explicaciones de por qué el caso no encuadra dentro del "dolo eventual" al señalar que "para que ello ocurra, la muerte de la víctima debe ser una consecuencia previsible del hecho. Que se haya representado la eventualidad de ese resultado. Y que el autor asienta o se coloque en un estado de indiferencia frente a esaposibilidad", lo cual no ocurrió. Agregó que "no es una buena técnica legal intentar cubrir una brecha entre el homicidio culposo y el simple por los defectos sociales de la civilización moderna".Criticó a los organismos de contralor "porque para entregar un permiso de conductor se preocupan más por la habilidad para estacionar que por su capacidad y conocimiento de manejo. Se otorgan en un día cuando en otros países demoran hasta seis meses". Destacó la falta de controles sobre los más de seis millones de vehículos que circulan en el país, en su mayoría con más de diez años de antigüedad, y culpó de ello al Estado. La defensaPor su parte, el defensor Julio César Lenzken pidió el mínimo de la pena establecida para esa misma calificación y el mínimo de la inhabilitación prevista para estos casos por el Código Penal. El pedido de Lenzken tenía como finalidad lograr que el chapista recuperara la libertad inmediatamente, pero la gravedad del hecho y la contundencia de Oliva dieron por tierra con sus pretensiones. El defensor tomó muchos de los elementos esgrimidos por el fiscal e intentó demostrar qué el día del accidente Valdez estaba ebrio y no tenía conciencia de sus actos. Con la condena aplicada ayer por el Tribunal, Valdez deberá continuar preso hasta mediados de 1998 y recién podrá obtener su carnet de conductor en febrero del 2007.
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